Por: Felipe Méndez.
El vuelo 206 de Copa Airlines que despegó de Asunción en la madrugada del 7 de enero con destino a la Ciudad de Panamá pudo haber sido un vuelo más, pero no lo fue por una importante razón: al mando del Boeing 737-800 iba el comandante Abdilio Pilides (65) quien estaba realizando su último vuelo con la compañía antes de acogerse a los beneficios de la jubilación.
Los pasajeros de hecho, no lo sabían, no así la tripulación que horas antes de abordar el avión organizaron un agasajo al veterano piloto en un restaurante, donde además le entregaron presentes y especiales agradecimientos. No tengo detalles de cómo habrá sido el recibimiento del Comandante Pilides en el aeropuerto de Tocumen, pero puedo asegurar que fue todo un acontecimiento y una explosión de emotividad por parte de todos los presentes.
Puede que muchos no lo sepan, pero para un piloto, su último vuelo es una experiencia muy emotiva. Porque para aguantar lo que aguantan estos hombres, entre problemas con los aviones, sustos de todos los colores, cansancio, presiones de las compañías, tormentas, pasajeros y encima muchísimo tiempo lejos de su familia, en definitiva hace falta tener afición, vocación y mucho amor por volar.
Y ahora vamos al tema que nos ocupa en este artículo: ¿Por qué el Comandante eligió a Paraguay para realizar su vuelo final?. El mismo Abdilio responde que siente una gran admiración por el pueblo paraguayo, por la historia y la rica cultura que enorgullece al país.
De padre griego y madre panameña el comandante Pilides, comentó que desde pequeño le atrajeron los aviones, pues en su ciudad natal, La Chorrera (en oeste de Panamá), se situaba la base aérea de La Mitra. Luego de recibir formación militar en su país y ser instruido también en Brasil y Uruguay, regresó para servir como piloto militar en la Fuerza Aérea de Panamá. Luego incursionó en el ámbito civil como piloto de aeronaves cargueras durante muchos años. Más adelante se incorporó a la plantilla de pilotos de la compañía de bandera de su país.
Sirviendo en Copa Airlines los últimos 18 años, Pilides ha acumulado alrededor de 15.000 horas y en toda su carrera suma 21.000. Son 40 años de trabajo que según el mismo asegura, le ha traído muchas alegrías y satisfacciones, por lo que ahora puede decir que en su caso ha sido “misión cumplida”.
Sobre la labor de un piloto, el comandante Pilides comentó emocionado que “Cuando uno está en el aire, venciendo la gravedad sostenido por las alas de una aeronave esperanzado en que ese motor nunca te falle, en ese momento solamente te entregas a Dios a la naturaleza que te rodea y es tu conciencia y tu preparación lo que te mantiene allí arriba, eso es ser piloto”.
“Es una carrera de mucha responsabilidad, no es relajo, es un compromiso donde necesitas de tus 5 sentidos para trabajar, estar bien descansado, no consumir bebidas alcohólicas y por sobre todas las cosas ser honesto y abnegado. Los pilotos somos esclavos de la tecnología, administramos una computadora y radares que a su vez están conectados a un satélite, en ese sentido, profesionalmente hablando, los pilotos y tripulantes de Copa tienen un respetable entrenamiento”, agregó.
Pilides destacó que su labor siempre estuvo respaldada por el gran trabajo y la calidez humana tanto de su copiloto como los tripulantes de cabina en cada uno de los vuelos que ha tenido: “Los tripulantes son nuestros guardaespaldas, ellos nos atienden excelentemente, tanto a nosotros como a todos los pasajeros”.
En cuanto a su admiración por el Paraguay, el Comandante lo expresó con estas palabras: “Comencé a conocer la historia del Paraguay en 1967 cuando estudiaba en Uruguay y vivía en la casa de una pareja paraguaya. Cuando realicé mi primer vuelo aquí como piloto de Copa fui a conocer Ciudad del Este y luego comencé a conocer a la gente del país sobre los cuales tanto he leído y oído. Me entusiasmé con el Paraguay. Compré muchos libros de la Plaza Uruguaya y al leerlos comencé a admirar la manera en que los paraguayos defendieron valerosamente y con afán su territorio durante las dos grandes guerras sin la ayuda de nadie, por eso es que siempre digo que Paraguay es la otra Alemania”.
Pilides sostuvo que respeta mucho también al Paraguay por ser el único país en el mundo que ha reconocido una lengua indígena como oficial: el guaraní. “Por eso elegí Asunción para realizar mi vuelo final como piloto comercial. Mis sentimientos de valor y de respeto siempre estarán con el Paraguay”, finalizó diciendo el Comandante.
El comandante, ahora retirado, que también es psicólogo de profesión y además golfista, dijo que retornará a su ciudad de origen en Panamá donde mantiene una empresa familiar, mientras que la posta ahora toma su hijo Abdilio Pilides (h) Villarreal, también piloto al servicio de Copa. El mismo ha seguido los pasos de su padre con sumo cuidado y atención y ahora hereda esa vasta experiencia trabajando al servicio de una de las aerolíneas más antiguas e importantes de América.