Esto marcaba el final con éxito del primer lanzamiento de este nuevo–viejo cosmódromo, ya que en realidad es la base de misiles Svobodni que ha sido reconvertida, con una inversión final estimada de 3000 millones de dólares, de los que ya van gastados unos 1800.
La idea de Rusia es dejar de depender de los lanzamientos desde un cosmódromo situado en otro país como sucede con Baikonur, que está en Kazajistán; también se ahorrarán unos 115 millones de dólares al año cuando por fin dejen de usarlo.
Fuente: microsiervos.com