La tripulación decidió continuar el vuelo a Londres y solicitó un vehículo para remolque a su llegada, en caso de que el avión no fuera capaz de rodar por su propio impulso.
El avión aterrizó de manera segura en la pista 09L y rodó a su puerta en la terminal.
La rueda trasera del tren de aterrizaje principal derecho adoptó una forma cuadrada sin que alguien entendiera como es que sucedió.
Un portavoz de British Airways también confirmó que el vuelo no estuvo en peligro.
“Nuestro vuelo aterrizó con normalidad el viernes pasado con uno de sus 22 neumáticos desinflados”.
“El A380, comúnmente junto con otras grandes aeronaves comerciales, está diseñado para ser completamente seguro cuando aterriza con un neumático desinflado”.
“Nuestros ingenieros rápidamente cambiaron el neumático y el avión volvió a servicio”.
*Con información de Aviation Herald y CNN