Bette a entrado al libro de Récord Guinnes, ya que recientemente cumplió 80 años de edad y continúa laborando como sobrecargo para American Airlines, convirtiéndose en la sobrecargo más longeva del mundo.
Seguramente tiene historias increíbles para contar, como aquella anécdota que recuerda con cariño cuando fue a pedir trabajo a la aerolínea con un vestido prestado de su hermana; cuando fue testigo de la llegada del primer sobrecargo afroamericano a la compañía; cuando la primera mujer piloto se unió a la aerolínea y los terribles atentados terroristas que vivió la mañana del 11 de septiembre 2001.
El paso del tiempo se puede ver en sus ojos, en su piel, un trabajo que debió ser muy cansado durante los casi 60 años de laborar para American. De hecho ver a Bette mejor conservada que algunas sobrecargos de la mitad de edad que ella, habla de alguien quien disfruta la vida y su trabajo al máximo.
Bette recuerda el paso del tiempo con nostalgia, lo elegante que eran los uniformes, cuando se servía en platos de porcelana, vasos de cristal, champán, guantes blancos, abrigo de piel, cuando todo el avión era Primera Clase, y cuando se podría fumar un buen habano en pleno vuelo.
“En los años cincuenta y sesenta vestíamos como señoras muy finas. En los 70 ya cambió todo. Fuimos obligadas a usar pantalones ajustados, mini shorts y camisas blancas muy ajustadas para que se notaran bien nuestros pechos”. “Cincuenta años atrás las sobrecargos no podíamos casarnos o tener hijos. También nos ponían bajo una dieta rígida porque debíamos ser delgadas, y a los 32 años nos bajaban del avión. Éramos viejas. Agradezco que eso no sucedió conmigo y que las reglas cambiaron radicalmente”, contó Bette Burke-Nash.
Ella es Bette Burke-Nash, una joya viviente de la aviación glamurosa, de esa época que jamás volverá y quienes la vivieron la recuerdan con mucho cariño.
Fuente: Transponder 1200