Desde hace unos años se viene estudiando la viabilidad del uso de biocombustibles en la aviación. En 2008, un Boeing 747 de la compañía Virgin Atlantic fue la primera aeronave en volar de Londres a Ámsterdam con una mezcla de un 20% de carburante biológico.
Sin embargo, aunque muchas aerolíneas han experimentado con estos combustibles limpios, continúan utilizando queroseno porque resulta más económico. Esto podría cambiar gracias a que el pasado mes de febrero la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) acordó una reducción en las emisiones de CO2 para el transporte aéreo, una medida que favorecerá el uso de biocarburantes.
Ahora, la compañía aérea Alaska Airlines ha incorporado el uso de combustible elaborado a base de maíz en sus vuelos comerciales. La mezcla de carburante que ha utilizado la aerolínea contiene isobutanol, que se fermenta a partir del maíz y se convierte en combustible para aviones en una planta de la compañía Gevo ubicada en Minnesota.
Los vuelos con biocombustible salieron ayer desde el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma, uno de ellos hacia San Francisco y el otro hacia Washington DC. La mezcla con la que operaron los aparatos contenía un 20% de isobutanol y el 80% de combustible convencional para reactores.
Alaska Airlines se ha comprometido a reducir sus emisiones de carbono y va a continuar fomentando el uso de combustibles alternativos en su flota de aviones como parte de su estrategia de desarrollo sostenible. Con una mezcla del 20% del carburante elaborado a base de maíz calcula que puede bajar sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50%.
De momento, el coste de los biocombustibles para aeronaves tiene un precio hasta seis veces mayor que el queroseno convencional. Sin embargo, se espera que con el aumento de la producción el coste vaya disminuyendo.
Fuente: Computer Hoy