Para regalar esta experiencia a sus pasajeros el pasado 1 de agosto, el capitán del vuelo 80 Alaska Airlines en operación regular entre Anchorage, Alaska, a Seattle, Washington, solicitó permiso para descender a 28.000 pies.
Al darse cuenta de que la escuadrón de demostración de la Marina de los Estados Unidos, los Blue Angels, llevaría a cabo recarga de combustible en el aire, el comandante del vuelo no dudó y pidió permiso para descender a 28.000 pies y proporcionar a los pasajeros un momento único e irrepetible.