Por Ricardo Delpiano
Argentina desea facilitar los enlaces comerciales entre su país al continente blanco mediante una modernización de la infraestructura del aeródromo antártico y una operación a través de la Línea Aérea del Estado (LADE).
Para conseguir ese objetivo, Argentina mejorará las instalaciones de la base Marambio con un nuevo radar e instrumentos de ayuda a la navegación aérea favoreciendo a un incremento de la seguridad tanto para las futuras operaciones civiles que pretenden realizarse como para las militares.
Paralelamente, el Gobierno trasandino equipararía a la LADE, dependiente de Fuerza Aérea Argentina (FAA) con nuevos aviones los que serán comprados por el Ministerio de la Defensa. Según algunos portales de aviación y sitios web del sector de defensa, entre los aviones que se consideran para están el Airbus C295, el Alenia C27J Spartan para el transporte logístico o los ATR 72 y Bombardier Dash 8Q-400, pero sin especificar la cantidad de unidades ni la fecha del proceso de compra.
En la Antártida, se habilitará nuevos espacios en la base Marambio para que se puedan albergar un cupo limitado de turistas de manera que no se afecten los trabajos de investigación científica y logística que habitualmente se realizan en sus instalaciones. Según lo señalado, estas posibles visitas turísticas se podrán realizan sólo con estricto cumplimiento de la normativa ambiental y de acuerdo a la disponibilidad de la base.
De concretarse los vuelos comerciales, Argentina pondrá fin a la exclusividad que Chile mantiene en el turismo antártico y representará un desafío no menor para Aerovías DAP, única línea aérea del mundo en tener vuelos comerciales a la Antártida.
Aerovías DAP tiene vuelos comerciales regulares a la Antártica desde el 12 de febrero de 1989. Si bien en un principio se realizaron con aviones DHC-6 Twin Otter con capacidad para 14 pasajeros, hoy se hacen hasta con equipos BAe146 para 90 personas. Los vuelos se operan con la filial Antartic Airways y los aviones utilizados se encuentran preparados para este tipo de misiones.
Los vuelos a la Antártica forman parte del ADN de Aerovías DAP y su materialización son parte del anhelo de la compañía de unir los territorios australes de Chile y especialmente, a los habitantes de la Región de Magallanes. Estas operaciones se realizan entre los meses de noviembre y abril con una frecuencia de hasta un vuelo día por medio. Por ser una operación de alta complejidad, están sujetos a las condiciones meteorológicas imperantes y por ser un destino exclusivo, también a la demanda.
En los últimos años, DAP se ha encargado de promover a la Antártida como un destino turístico, abriendo más oportunidades de viaje para personas tanto de Chile como de todo el mundo. Por este trabajo, actualmente parte importante de los pasajeros de esos vuelos son viajeros que llegan a Punta Arenas en cruceros y deciden visitar el “continente blanco” o las islas australes. Mención aparte son las experiencias especiales que DAP ha conseguido materializar como el histórico concierto del grupo “Metallica” en 2013, visitas VIP como la del actor Tom Hanks, la viuda de George Harrison y un sobrino directo del explorador británico Ernest Shackleton.
Los vuelos hacia y desde la Antártida se realizan desde 27 años con total seguridad y en estricto cumplimiento de la normativa aeronáutica. Actualmente, son todo un emblema para la aerolínea y para la aviación chilena.
Considerando el posicionamiento y la intensa promoción que Argentina hace de sus circuitos turísticos Patagónicos, que incluyen parajes en el Parque Nacional Tierra del Fuego, el glaciar Perito Moreno o las ciudades de El Calafate o Ushuaia, el potencial de un turismo antártico trasandino representa una alternativa y competencia directa para Chile, más aún cuando la promoción y calidad de los servicios turísticos que se ofrecen en el país necesitan ser mejorados.
Por lo mismo, en DAP no han ocultado su preocupación al respecto hacen un llamado a las autoridades del país a invertir en infraestructura. “Son cosas que van marcando la diferencia y que debiesen tomarse con bastante importancia por parte de la autoridad”, señala Nicolás Pivcevic, gerente de la compañía en cita de diario “El Mercurio” (31/07/2016), respecto de la inversión que realizará Argentina. Según el ejecutivo, la compañía podría aumentar el número de operaciones si hubiese mayor tecnología como por ejemplo un sistema de aproximación por instrumentos.
Argentina no ha indicado desde donde podrían realizarse estos posibles vuelos antárticos, siendo Ushuaia como el punto de partida ideal por ser el aeropuerto más austral de ese país y cuya infraestructura permite operar con todo tipo de aeronaves. Esto representaría una amenaza a la actividad y al potencial que tendría el aeropuerto de Punta Arenas para retener y capturar parte del tráfico.
Considerando de que las intenciones de Argentina son sólo anuncios y que de concretarse en los plazos establecidos recién podrían materializarse a partir del año 2018, Chile tiene un tiempo prudente para continuar y profundizar acciones que permitan mantener a la zona de Magallanes como la puerta de entrada para el turismo austral. Contar con la única línea aérea con capacidad inmediata para operar vuelos a la Antártida es una herramienta que debe ser aprovechada y cuidada, cuya experiencia y seguridad de sus operan entregan una importante ventaja frente a un posible competidor.
El turismo y la aviación representan una contribución importante al desarrollo de Chile que se manifiesta en un aporte al Producto Interno Bruto (PIB) de US$ 66 millones con un potencial de crecimiento hasta US$ 100 millones hacia 2020. Pese a esta contribución, la industria antártica no está considerada como un ítem aparte en la economía nacional, tal como reconoce el intendente de Magallanes, Jorge Flies, quien en el mencionado diario, cree que hace falta avanzar en aquello dado el soporte logístico que la zona representa para el continente blanco. Empresarios turísticos también manifiestan críticas indicando que Chile “no ha sabido aprovechar su cercanía”.
Que Argentina haya mostrado este tipo de intenciones representa ya un desafío y un llamado de atención para las autoridades de Chile, especialmente, en lo que respecta a la generación de políticas públicas para el incentivo de la inversión en la zona, el desarrollo de la infraestructura de manera armoniosa -y con visión de futuro-, y una mayor promoción turística con una adecuada calidad de servicios. Paralelamente, debe también ser considerado como una oportunidad para que actores públicos y privados asociados a la actividad del transporte y el turismo, aúnen esfuerzos para aprovechar las ventajas competitivas existentes y trabajar de manera colaborativa en el desarrollo futuro de la industria y el país.