Por Ricardo Delpiano vía En Vivo desde SCL
La decisión de los habitantes del Reino Unido de que su país abandone la Unión Europea (proceso conocido como Brexit), iba a significar un impacto negativo en la industria de la aviación.
En efecto, la línea aérea francesa La Compagnie se ha convertido en la primera en sufrir las consecuencias del llamado Brexit. En un comunicado, la firma ha indicado que a partir del 25 de septiembre suspenderá indefinidamente los vuelos entre Londres (LTN) y Nueva York (EWR), que fueron inaugurados en abril de 2015.
La línea aérea cita como causa de esta decisión el incierto clima económico de Europa, impulsado por el Brexit, que ya está afectando a varios actores en la industria de la aviación. Según los ejecutivos de La Compagnie, la decisión no fue tomada a la ligera ya que la ruta entre Londres (LTN) y Newark tenía un factor sobre el 77% desde junio de 2016, no menor considerando que se trata de una línea aérea que sólo ofrece asientos en Business Class y a pesar del entorno macroeconómico mundial.
Para compensar la decisión, La Compagnie abrirá un segundo vuelo diario en la ruta París (CDG) – Nueva York (EWR) fortaleciendo su operación en su primer servicio de nicho. En los próximos meses, la aerolíneas fortalecerá su estrategia en su mercado nacional lamentando la pérdida de oportunidades.
“El referéndum acerca de la Unión Europea ha creado un nivel de incertidumbre sin precedentes en términos legales y económicos para las compañías aéreas que dan servicio a Gran Bretaña”, señala Frantz Yvelin, CEO de La Compagnie. Según su perspectiva, el negocio se concentrará en su ruta original (París – Nueva York) pero abordando con su producto al segmento corporativo como de placer de alto lujo.
La Compagnie se define como una aerolínea boutique. Opera con dos Boeing 757-200 configurados con 74 asientos full flat en Business Class. Con un servicio dedicado, busca ofrecer a los pasajeros una experiencia personalizada en dos importantes rutas en el Atlántico Norte como son París – Nueva York y Londres – Nueva York.
El Brexit es considerado un proceso negativo que afecta significativamente los esfuerzos de integración política y económica. Entre los principales efectos para la aviación están una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) del Reino Unido, y una gran incertidumbre, especialmente en lo que respecta a cielos abiertos y libre tránsito de las personas.
Según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) se estima que el PIB del Reino Unido sea entre 2,5% y 3,0% menos que bajo un escenario sin Brexit, lo que afectará la demanda futura de viajes. En temas regulatorios, se pone en peligro los acuerdos conseguidos en los años anteriores, incluyendo aquellos que norman la seguridad del transporte aéreo.
En tema de cielos abiertos, la política de la Unión Europea y la creación de un mercado único ha impulsado el desarrollo de la industria a través de la generación de competencia, producto de la libertad que tienen las líneas aéreas para volar las rutas que deseen beneficiando a los pasajeros con más opciones de viaje, servicios y precios. Gracias a los cielos abiertos, líneas aéreas pueden volar entre los países pudiendo establecer bases en terceros países y operar en mercados domésticos, dentro de la Zona Europea Común de Aviación (ZECA, en castellano o ECAA, por sus siglas en inglés).
El Reino Unido tiene un plazo de dos años para negociar su salida, un periodo que para muchos analistas políticos y de la industria no será suficiente dado de la complejidad que tienen los acuerdos firmados y de las eventuales presiones que puedan existir desde distintos grupos interés, especialmente aquellos que se han beneficiado de las ventajas de un mercado único como son las líneas aéreas. Entre las compañías que se han opuesto al Brexit están Ryanair, easyJet, Lufthansa, Emirates, Etihad Airways y Virgin Atlantic, entre otras.