Idealmente en cabina este ruido apenas será audible para los pasajeros, aunque el espectáculo que será ver por la ventanilla cómo el ala se pliega y se despliega está garantizado por lo inusual.
El Boeing 777X, anunciado en 2013 y todavía en desarrollo, utiliza unas alas de gran tamaño —suman casi 72 metros de envergadura— para aumentar la eficiencia y reducir el consumo de combustible convirtiéndose en una suerte de planeador gigante. Pero precisamente porque las alas son tan grandes en muchos aeropuertos esto supone un problema cuando el avión rueda por tierra o para aproximarse a las puertas de embarque. Para resolverlo el 777X pliega 7 metros de ala, 3,5 metros de cada lado.
Cuando el avión entra en la pista despliega los extremos de las alas antes de despegar, y al revés: «sólo cuando el avión ha plegado las alas después de aterrizar la aeronave puede moverse hacia las pistas de rodaje sin riesgode golpear con otros aviones».
Aunque las alas plegables no son inusuales en aviones de combate y en cazas —especialmente en aquellos destinados a los portaaviones, por cuestión de economía de espacio— el Boeing 777X es el primer avión comercial en hacer uso de este mecanismo, aunque sólo en los extremos finales del ala.