Por Michel Anciaux
Fue la oportunidad de contemplar una muestra de más de 65 aviones, planeadores y helicópteros, pertenecientes no solamente al Club de Planeadores, sino también a pilotos miembros del club u otros que tienen su base de operación en este aeródromo, sin olvidar una muestra de autos clásicos.
Los numerosos invitados pudieron disfrutar de una presentación aérea iniciada con 3 planeadores motopropulsados Schempp-Hirth Ventus-2CM y un Arcus M. También despegaron los 4 Piper Super Cub del club remolcando planeadores Pilatus B4 y PC11, así como el Aero Boero AB-180RVR CC-KWD remolcando un planeador Pilatus. Es de destacar que este avión es el único de su tipo matriculado en Chile y operado por el Club de planeadores de Vitacura.
Fue además la oportunidad de asistir al despegue del Boeing A-75 N-1 Stearman CC-KWZ que siempre atrae a sus admiradores y genera comentarios.
En su discurso de bienvenida a los invitados, el presidente del club, el Sr. Christian Chaigneau, agradeció la presencia del alcalde de la comuna de Vitacura, el Sr. Raúl Torrealba, la del director de la DGAC, el General de Brigada Aérea (A) Víctor Villalobos Collao, la del presidente de la Federación Aérea de Chile, el Sr. Marcos Arellano, así como la de los concejales de la municipalidad de Vitacura, representantes vecinales e integrantes de las FF.AA.; Carabineros de Chile, pilotos socios del club, amigos y familiares. Chaigneau recordó la historia del club, sus logros y reconocimientos a lo largo de sus 70 años de existencia sin olvidar sus proyecciones para el futuro.
Recordó también los 50 años de existencia del aeródromo de Vitacura, sus 3 inundaciones por desborde del río Mapocho, las amenazas de la urbanización y de la autopista Costanera Norte, con el resultado de una reducción de su superficie, pero de todas maneras con el resultado de haber sobrevivir a todas esas desaveniencias.
Por su parte, el alcalde de la comuna valoró los servicios del club, pero también del aeródromo hacia la comuna y el país en general, y es solo cuestión de recordar el desempeño de los pilotos en situaciones de emergencias, lo que es una realidad en Chile.
El aeródromo está bien posicionado para facilitar de vuelos de traslados aeromédicos o de órganos debido a su cercanía con clínicas y hospitales de la capital.
Para finalizar la ceremonia, el Club de Planeadores otorgó reconocimientos a socios que tuvieron una participación destacada y que emprendieron su último vuelo: Alejo Williamson, Heinz Krause, Miguel Kaufman y Max Godoy. Fueron también nombrados Úrsula Meier, una de las primeras mujeres piloto de planeadores de Chile e instructora de vuelo, y Reynaldo Urbina, presidente del club en varias ocasiones, y fue bajo su administración que se logró la modificación del tazado de la Autopista Costanera Norte a fin de no perjudicar el aeródromo.
Un cóctel en el remodelado casino de la institución dio por terminado este evento.
Desfile de autos antiguos que complementaron la actividad
La hazana de Alejo Williamson
Es de recordar que el Sr. Alejo Williamson dejó su nombre y apellido en la lista de los pilotos destacados de la aviación chilena por ser el primero en cruzar la Cordillera de los Andes por su parte más alta en un planeador. Esto ocurrió el 12 de diciembre de 1964 y la fecha era especial por ser el Día de la Aeronáutica, es decir, el día que Dagoberto Godoy en 1918 había cruzado la Cordillera de los Andes por primera vez en un avión con motor.
Salió a las 13:00 hs. del día 12 de diciembre en un Blanik L-13 con matrícula CC-K7W. Luego de ascender a unos 820 metros soltó el cable remolcador, emprendiendo la travesía en vuelo libre de la Cordería. Toda esta operación la había planificado sin informar a nadie pensando que lo podrían detener en sus planes. Su destino final era nada menos que el aeropuerto El Plumerillo de Mendoza en Argentina, donde aterrizó luego de un vuelo de 5 horas y 51 minutos, cruzando por el Cristo Redentor. En Chile, los medios de comunicación no tardaron en informar sobre el hecho, y el gobierno envió un avión de LAN a Mendoza con la misión de llevarlo de vuelta al piloto y su planeador.
Alejo Williamson recibió reconocimientos, tanto de sus compañeros pilotos como de otras personas ajenas al mundo de la aviación, y en 1965 fue condecorado por la Fedach, la federación aérea de Chile. También en 1965 el Círculo de Periodistas Deportivos le otorgó el trofeo El Cóndor, por ser la persona más destacada del deporte nacional.
Al nivel internacional, la Federación Aeronáutica Internacional le otorgó, en 1968, la medalla Lilienthal, premio que se entrega anualmente a un piloto que contribuyó con un aporte significativo a la aviación sin motor. El planeador Blanik utilizado en este vuelo histórico está hoy en día preservado como monumento nacional en el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio de Santiago.
Alejo Williamson murió en junio de 2014 a los 88 años, pero su hazaña sigue viva en la memoria del Club de Vitacura, así como en la historia de la aviación chilena.