Entonces te das vuelta y te das cuenta de cuál es el problema.
El pasajero que está sentado justo detrás de ti está usando un aparato para evitar que puedas reclinar tu asiento: un par de soportes de plástico, cada uno del tamaño de una engrapadora o corchetera en miniatura, que fijan en su lugar las patas de la bandeja plegable.

De esa manera, esa persona que está detrás de ti puede comer o usar una computadora portátil sobre la bandeja sin preocupaciones, evitando que tú eches tu asiento hacia atrás… Y arruinando la posibilidad de que te duermas.
Protector de rodillas
La respuesta no siempre es agradable.
En 2014, un vuelo de United Airlines desde Newark, Nueva Jersey, hasta Denver, Colorado, tuvo que ser desviado debido a una disputa entre dos pasajeros.

Uno de ellos estaba usando un “protector de rodillas”, como se llama a esos aparatos que evita que el pasajero de delante recline su asiento.
Al final, el viajero que quería reclinar su asiento le arrojó una bebida en la cara al otro hombre y el avión se desvió a Chicago, donde echaron a ambos rápidamente fuera de la aeronave (y desde ese accidente, que acaparó titulares internacionales, las ventas de los “protectores de rodillas” se dispararon).
Pero ha habido muchas otras peleas entre pasajeros por reclinar sus asientos, con o sin dispositivos plásticos controversiales de por medio.
Por unos centímetros
“Los pasajeros se molestan mucho por el tema de reclinar o no el asiento”, dice Betty Thesky, una auxiliar de vuelo y presentadora del podcast de aviación Betty in the Sky with a Suitcase (“Betty en el cielo con una maleta”).
“He visto a hombres adultos dispuestos a pelear por unos centímetros de más en un vuelo. Y es entonces cuando, como auxiliar de vuelo, tengo que ponerme el gorro de cuidador de guardería y tratar de convencer a los pasajeros de que no discutan”.
Yo creo que la solución más educada, justa y equitativa es reclinar el asiento a la mitad. También es educado poner tu asiento en posición vertical durante el servicio de comidas”

Normalmente, la respuesta es un “sí” con una sonrisa; pocas veces es “no” aunque, a veces, es “todavía no”.
He oído a pasajeros decir: “Estoy trabajando en mi computadora y realmente necesito el espacio. ¿Le importa esperar unos 15 minutos hasta que termine?”
Pero hay otros factores a tener en cuenta.
“No todos los vuelos son iguales”, dice el experto en protocolo Daniel Post Senning.
“Evita reclinar el asiento durante el servicio de comidas, o si el vuelo es corto y los pasajeros están usando sus computadoras y tratando de trabajar”.
“Pero si el vuelo es largo y todos duermen entonces, por supuesto, reclínalo”.
Evita reclinar el asiento durante el servicio de comidas, o si el vuelo es corto y los pasajeros están usando sus computadoras y tratando de trabajar”

Si es un pasajero de 1,80cm con piernas largas, lo más respetuoso sería abstenerse de reclinar el asiento.
Por otro lado, si tu compañero de viaje es un niño y sus piernas son lo suficientemente largas como para golpear tu respaldo solamente si te reclinas, entonces debes preguntarte si vale la pena.
“En un tono menos serio —y tan solo me ocurrió una vez— un amable pasajero me detuvo y me preguntó cómo podía echar su asiento hacia adelante”, recuerda Betty Thesky.
“Yo le dije: ‘¿Por qué quiere mover su asiento hacia adelante?’ Y me contestó: ‘Para dejar más espacio a las personas que están sentadas detrás de mí’. Ese hombre era uno entre un millón”.