Etihad Airways, controlada por el gobierno de Abu Dhabi, indicó en un comunicado que la salida de Hogan formaba parte de un “proceso de transición” lanzado por su consejo de administración y Hogan, que condujo el pasado mayo a la puesta en marcha del Etihad Aviation Group.
El presidente del grupo, Mohamed Mubarak Fadhel Al Mazurei, afirmó estar “muy agradecido” a Hogan por su papel en el rápido crecimiento de la joven compañía.
Lanzada en 2003, Etihad Airways, segunda compañía de los Emiratos Árabes Unidos, muy por detrás de Emirates de Dubái, se desarrolló rápidamente, y en 2015 su beneficio creció un 41% hasta 91 millones de euros, gracias a un alza significativa del tráfico de pasajeros y de cargamento.
Sin embargo, otras fuentes sostienen que el australiano James Hogan habría renunciado visto el fracaso de su estrategia de armar una red de líneas asociadas, que han sumido a la línea aérea emiratí en una crisis que amenaza su viabilidad.
Etihad Airways tiene participación en Alitalia (49%), Air Berlin (29%), Air Serbia (49%), Air Seychelles (40%), Jet Airways (24%), Virgin Australia (19.9%) y la suiza Darwin Airline (33.3%), con la que opera bajo el nombre de Etihad Regional. Las dos primeras han sido un agujero negro y se cree serán las que Etihad arroje por la borda primero. Este debería ser el fin de Air Berlin, mientras que Alitalia tampoco tiene un futuro promisorio.
Hogan es una figura controversial ya que su CV muestra que fue responsable de los desmanejos que llevaron a Ansett Australia a la tumba y a Gulf AIr a la irrelevancia.