Un día como hoy, el domingo 4 de febrero de 1996, un avión carguero Douglas DC-8 con matrícula HK-3979X de Líneas Aéreas del Caribe (LAC), se estrellaba en un sector poblado de Mariano Roque Alonso, instantes después de despegar del aeropuerto Silvio Pettirossi con rumbo a Campinas, Brasil.
Los cuatro miembros de la tripulación, todos colombianos, perecieron en el accidente, además de 18 personas que se encontraban en los alrededores del lugar de la caída, entre ellos una ciudadana brasileña de 60 años y un bebé de apenas tres meses. Dos menores más resultaron con quemaduras leves.
El avión cayó prácticamente de “panza” y es por ello que sus restos no quedaron esparcidos varios cientos de metros a la redonda.

La mayoría de las víctimas fatales que se encontraban en tierra eran menores de edad y varias de ellas fallecieron calcinadas tras el incendio de gran magnitud que se desató segundos después del impacto.
Lucio Gracia, un sobreviviente de la tragedia, perdió a sus cinco hijos aquel día, además de su madre, que ese día recibía en su casa de Mariano Roque Alonso la visita de sus nietos.
Varias versiones surgieron tras el accidente, desde la posibilidad de un atentado o que el carguero trasladaba drogas. Lo cierto y lo concreto es que 22 personas perdieron la vida en la peor tragedia aérea de la que se tenga historia y que motivó incluso un mensaje de condolencias a los familiares por parte del papa Juan Pablo II.
Años después, los peritos que investigaron el accidente, llegaron a la conclusión que una falla humana había motivado la caída.
Inicialmente se informaba de la muerte de 23 personas pero luego los datos oficiales indicarían finalmente que perecieron 22, los 4 tripulantes colombianos del DC8 y 18 personas que se encontraban en tierra.
Causa del accidente
Aunque ya pasaron más de dos décadas de aquella tragedia aérea en Mariano Roque Alonso, y pese a que casi nunca se mencionó oficialmente qué fue lo que desencadenó el suceso, el abogado Desiderio Sanabria, contratado por la compañía aérea para negociar y asistir a las víctimas, finalmente reveló el motivo por el cual cayó el carguero colombiano.
El abogado confirmó que luego de que fuera encontrada la caja negra, varios días después del accidente, se escuchó la grabación de la cabina, entre los cuatro tripulantes.
Con el audio, se entendió que los pilotos le hicieron una broma a uno de los aprendices que volaba con ellos y que apagaron intencionalmente un motor, y después el otro, como para medir la capacidad de reacción del novato ante un inconveniente.
Esta práctica, que supuestamente es habitual entre los pilotos, sin embargo al parecer fue el motivo de la tragedia, ya que en la grabación se escuchó pedir a uno de los tripulantes que ya no bromearan de esa manera y a continuación ya solo se oyó el impacto en tierra.
Aparentemente, como el avión no había ganado aún mucha altura, los motores ya no reaccionaron suficientemente como para impulsarse, y simplemente la nave se desplomó sobre la tierra.

Declive de LAC
Para LAC, el accidente resultó funesto desde todo punto de vista. Primero porque los gastos extraordinarios ocasionados desbalancearon su flujo de caja e hicieron incumplir los acuerdos de pagos del Concordato; segundo porque al estar Colombia en categoría dos de la FAA en aquel momento, la empresa no pudo alquilar otro avión para cubrir los compromisos comerciales adquiridos y mas en medio de una temporada de San Valentín, y tercero porque debido a la irresponsabilidad de los tripulantes y a la gravedad del accidente, la compañía de seguros se tomó tres meses para pagar la indemnización y esos fueron tres meses en los que LAC tuvo que seguir pagando las cuotas de leasing del avión. Lo más grave y triste de mencionar es que, ese juego de los tres tripulantes del HK-3979 ocasionó que la FAA parara definitivamente a la empresa.
Los días de LAC estaban contados y más cuando la FAA decidió revisar individualmente a cada aerolínea colombiana que operara a Estados Unidos y, por supuesto fue a esta empresa a la primera que escogieron por lo reciente y extraordinario del accidente en nuestro país.
Hacia el 20 de junio, llegando a Miami, otro de sus DC-8 (HK-2632), es dejado en tierra por la FAA al encontrarle 16 reportes de mantenimiento (la mayoría de ellos inexistentes). La empresa siguió operando con un solo avión y el 28 de Junio de 1996 la FAA deja en tierra su ultima aeronave (HK-3842). La FAA en conjunto con la Aerocivil de Colombia, sin haber solicitado ninguna documentación y sin pruebas justificadas, determinaron que el accidente del HK-3979 ocurrido en Asunción se había debido a falta de entrenamiento a las tripulaciones e injusta e irregularmente ordenan sacar todos los aviones de LAC de los OSPECS (Especificaciones de Operaciones) privando a la empresa de volar a los Estados Unidos, y es cuando sus directivas se ven obligadas a decretar la quiebra de la empresa.
*Foros Aeronáutica Paraguay, ABC Color y Aviacol