El vuelo 370 de Malaysia Airlines (MH370/MAS370), también designado en virtud de un acuerdo de código compartido como vuelo 748 de China Southern Airlines (CZ748/CSN748), fue un vuelo internacional regular de pasajeros desaparecido el 8 de marzo de 2014, operado por un Boeing 777-200 que llevaba 227 pasajeros y una tripulación de 12 personas.
Desde el momento en el que se perdió contacto con el avión se inició y desarrolló una operación de búsqueda y rescate que ha sido considerada la más larga de la historia, así como “una de las operaciones de investigación y búsqueda más difíciles y costosas de la historia de la aviación”. Tras varias semanas de búsqueda en aguas del golfo de Tailandia y alrededores, donde se presuponía había caído el avión, nuevas pistas indicaron que el avión había seguido rumbo sur adentrándose en el océano Índico lejos de tierra firme, aunque tanto la ubicación de los restos del avión como las causas del accidente siguen siendo desconocidas.
El hecho de que la ubicación de este avión y sus ocupantes permaneciese desconocida después de casi cuatro semanas de intensa búsqueda, fue calificado por algunos medios de comunicación de “suceso sin precedentes en la aviación moderna”, como “uno de los mayores misterios de la historia de la aviación”, o “el mayor misterio de la aviación civil de la historia”. Igualmente el primer ministro australiano, Tony Abbott, afirmó que la búsqueda del MH370 era la “más difícil en la historia de la humanidad”.

El Gobierno de Australia ya confirmó a principios de marzo el traslado al país de una pieza de metal hallada en una playa de Mozambique y que encajaría con un Boeing 777. Los análisis realizados por expertos australianos indican además que el lugar del hallazgo es “compatible con los modelos de las corrientes oceánicas”, según añade el comunicado.
Estas averiguaciones demostrarían que la gran búsqueda del avión en aguas profundas en el sur del Océano Índico, dirigida por Australia, se centraba en el lugar correcto. Chester ha indicado que las operaciones de búsqueda siguen en marcha. “Estamos enfocados en completar esta tarea y mantenemos la esperanza de encontrar la aeronave”.
En enero de este año, contratada por el gobierno malasio bajo la modalidad “no find, no fee”, es decir, no se paga si no se encuentra nada, una embarcación de la compañía privada estadounidense Ocean Infinity, zarpó del puerto de Durban, en Sudáfrica, rumbo a Perth, Australia, a donde llegó un mes después, para empezar a examinar un área de 25.000 kilómetros cuadrados que según responsables de la misión, tiene una “elevada probabilidad” de contener los restos del avión.
A casi 4 años de uno de los mayores misterios de la historia de la aviación, los gobiernos de Malasia, Australia y China, han invertido más de 200 millones de dólares intentando localizar restos de la aeronave en más de 120 mil kilómetros cuadrados.