Por Ernesto Klotzel
En todos los aspectos, es uno de los peores lugares para reemplazar un motor a reacción de cerca de 9 toneladas de peso. Desde 2016, todos los días, los vuelos entre Zurich y Los Angeles de Swiss, que cubren una distancia de 9.700 kilómetros en poco más de 11 horas, se hacen con aviones Boeing 777-300ER.
El plan de vuelo se había iniciado sobre Atlántico Norte, pasando luego por el extremo sur de Groenlandia y Canadá para luego continuar hacia el destino final. El 777-300ER está equipado con dos motores General Electric GE90-115B con 115.000 libras de empuje cada uno (512 kN), en la actualidad, el más potente de la industria de la aviación.
Después de sólo cinco horas de vuelo, el avión con sus 216 pasajeros, había pasado a ser el “monomotor más grande del mundo”. El funcionamiento de su motor izquierdo fue interrumpido por el sistema de seguridad que detectó una falla seria. Al igual que cualquier avión bimotor comercial, puede volar por horas sin aeropuertos cercanos (ETOPS), por lo que no había problemas inmediatos para el vuelo en sí, más allá de la búsqueda del primer aeropuerto capaz de proporcionar un aterrizaje seguro a la aeronave con un solo motor funcionando.
La elección fue una relativamente corta pista de aterrizaje en el aeropuerto de Iqaluit en la isla de Baffin, Nunavut, Canadá, a 290 kilómetros de Groenlandia. Iqaluit, capital de Nunavut, tiene 7.000 habitantes y está situada justo debajo del círculo polar ártico, por lo que su clima es de frío extremo. La temperatura promedio mensual durante ocho meses al año está por debajo del punto de congelación.
El aeropuerto de Iqaluit, junto a la bahía de Frobisher, se abrió en 1942 por el Ejército de Estados Unidos. Su pista de 2.600 metros, se utilizó hasta principios de la década de 1960 y desde entonces se ha convertido en un aeropuerto alternativo para vuelos transatlánticos. El aeródromo tiene una terminal para vuelos programados, pero escasa infraestructura.
El comandante Roberto Battaglioni y su tripulación hicieron una aproximación con un avión con un solo motor en uso en un aeropuerto que nunca habían visto tan siquiera en un simulador de vuelo.
El alcalde de la ciudad recibió los pasajeros, ofreciéndoles un recorrido por la ciudad con -25 ° C de temperatura. Sin una pasarela para embarque en ese momento, la solución de Swiss fue la permanencia a bordo de los pasajeros. Después de 14 horas, un Airbus A330 rescató a los pasajeros llevándolos a Nueva York, donde un avión de otra compañía aterrizó los llevó a Los Ángeles.
Sin embargo, los problemas con el 777 apenas comenzaban. Horas antes, cuando aún estaba en vuelo, la tripulación buscaba una manera de “reactivar” el motor. El Departamento de Operaciones de Zurich comunicó el incidente a GE en Cincinnati, mientras que Swiss ponía a punto otro avión para ir a Iqaluit.
A la distancia, GE buscó en primer lugar, comprobar que el 777 todavía tenía condiciones para ser trasladado. Se confirmó que ello no sería posible luego de un análisis técnico y de fotos enviadas por la tripulación. El gigante turbofan tendría que ser sustituido en el aeropuerto de Iqaluit. GE no tenía en ese momento un motor de reserva en los Estados Unidos, el más cercano estaba en Londres, pero Swiss también tenía un turboventilador en Zurich, por lo que se optó por el último.
El motor GE90 tiene más de 3,5 metros de largo y un peso de más de 9 toneladas, y su gran ventilador un diámetro superior a 3,50 metros. Con una potencia máxima desarrollada de 125.000 lbf (512 kN), su empuje es mayor que el del Titanic y el cohete Redstone 3 (la cápsula espacial Mercurio) combinados.
Hay pocos aviones de carga lo suficientemente grandes como para llevar un motor GE90, uno de ellos es el Antonov-124, que fue contratado para la misión. Tanto el motor y las herramientas, equipos de apoyo, asistencia en tierra, insumos varios y una tienda inflable se colocaron a bordo.
A su llegada a Iqaluit el 4 de febrero, cinco ingenieros de Swiss y 12 de GE comenzaron a trabajar. La tienda inflable se mantuvo a 10 ° C, mientras que la temperatura exterior era de -40 ° C.
La tienda inflable de GE, los generadores e iluminación proporcionados por la comunidad de Iqaluit hicieron posible trabajar con una temperatura interna de 10 ° C.
Hay alrededor de 12 pasos el cambio de un motor. Desde el cierre de todos los sistemas eléctricos, accesorios hidráulicos, neumáticos y combustible, la retirada de los carenados de ventiladores y paneles de soportes de motor, y las pruebas de fugas.
Una vez retirado de su soporte, el GE90 fue llevado al interior de un hangar para quitar los componentes de sustitución. Los artículos tales como la Unidad de Potencia Auxiliar (APU), el sistema de aire acondicionado y tanques de agua se pusieron a punto al aire libre.
Las condiciones climáticas provocaron la suspensión del trabajo en varias ocasiones cuando la velocidad de los vientos se convirtió en peligrosa para objetos de gran tamaño, además del riesgo de congelación de las personas.
A pesar del mal clima, el equipo puso operativo de vuelta al 777 en 5 días.
Finalmente, el 9 de febrero a las 18:00 horas locales, el Boeing 777-300ER despegó con destino a Zurich, donde llegó seis horas más tarde.