La asperitas ganó un lugar en el libro gracias a una campaña organizada por científicos ciudadanos.
El atlas, cuya primera edición data del siglo XIX, es un libro de referencia global para observar e identificar nubes.
La nueva edición es la primera revisión que se hace desde 1987. Desde que se publicó por primera vez en 1896, ha estado brindando información valiosa para los servicios meteorológicos, y la industria aeronáutica y naviera.
El primer libro contenía 28 fotografías en color y especificaba en minuciosamente cómo clasificar a las nubes por especie, género y otros detalles.
Con el tiempo, el atlas se convirtió en un objeto de colección. Ahora, la WMO lanzó una edición digital accesible para todo el público.
La organización -que pertenece a Naciones Unidas- tiene la última palabra sobre el contenido del atlas y sobre la adición de nuevas nubes.
Un elemento clave en su evolución ha sido el impacto de la tecnología.
Hoy día, personas de todo el mundo pueden tomar e intercambiar fotografías de las nubes con sus teléfonos móviles.
“La gente no tiene que ser observadora oficial del tiempo, no tiene que conocer los detalles más intrincados del atlas, solo tienen que pensar ‘esto que veo es increíble’, sacar una foto y enviárnosla”, señaló Gavin Pretor-Pinney, presidente de la Asociación para la Apreciación de las Nubes, a cargo de la campaña para que la WMO incluyera a la nube asperitas en su catálogo.
Viendo todas las imágenes, añadió, “nosotros tenemos la capacidad de detectar un patrón”.
El libro también incluye un reconocimiento a los procesos que pueden dar lugar a la formación de nubes.
Estos son los 12 nuevos tipos de nubes reconocidos por la Organización Meteorológica Mundial.
1) Contrails –de la especie ‘homogenitus’: quizá sea el tipo de nube al que más acostumbrados estamos, pues son las que se crean a partir de la condensación que dejan los aviones a su paso.
2) Homomutatus: son las nubes alteradas por el ser humano como, por ejemplo, las que ven modificado su aspecto cuando un avión las atraviesa o pasa junto a ellas.
3) Volutus: mención para las nubes enrolladas de baja altura. Su forma tubular parece girar sobre sí misma en un eje horizontal.
4) Flumen: también conocidas como ‘cola de castor’. Su aparición está vinculada a las supercélulas, las tormentas convectivas de fuerte intensidad provocadas por la ascendencia del aire caliente motivada por un calentamiento local.
5) Asperitas: basta con imaginar las olas del mar para saber cómo son estas nubes. Su silueta dibuja una especie de superficie marina en pleno cielo.
6) Silvagenitus: las localizadas sobre los bosques y selvas húmedas.
7) Cavum: parecen ser un agujero en mitad de otras nubes.

8 ) Cauda: también conocida como ‘nube de cola’.
9) Fluctus: estas bellísimas nubes también son conocidas como ‘onda de Kelvin-Helmholz’. Su contorno es muy parecido a las nubes que Van Gogh inomortalizó con su pincel, similar al de las olas del mar. Solo se crean en días con viento, pues su formación aparece en momentos de inestabilidad atmosférica.
10) Murus: con forma de muro.
11) Cataractagenitus: son las que se crean en las zonas donde hay cataratas.
12) Flammagenitus: el nombre de estas nubes no deja lugar a duda de dónde se forman. Es posible verlas sobre fuentes de intenso calor –como, por ejemplo, los incendios–.
“Hoy día, miras hacia el cielo y verás nubes hechas por aviones. Una vez que aparecen pueden quedar allí por varios días”, le explica a la BBC el meteorólogo John Hammond.
Pese a las adiciones, el atlas no alteró ninguna de sus clasificaciones básicas.
En la foto de arriba vemos una nube denominada homenitus, creada como resultado de la actividad humana.
*Con información de BBC Mundo