Luego de los desafortunados sucesos acontecidos con un pasajero que fue forzado a bajar de un avión de United por un problema de sobre venta en un vuelo de Chicago a Louisville, y la posterior pésima respuesta por parte de la aerolínea, la cual ya es considerada como uno de los peores errores de comunicación de la historia, hoy la aerolínea se ve forzada a revisar sus políticas de overbooking.
El CEO de United Airlines, Óscar Muñoz, anunció que se van a revisar todos los procedimientos internos para evitar una situación similar y asegura que la policía no sacará nunca más del avión a un pasajero con asiento asignado.
Esta ya es la tercera nota que emite la aerolínea, en la primera había pedido disculpas por haber vendido más billetes que plazas disponibles en el vuelo (sin mencionar al pasajero sacado del avión todo ensangrentado), y explicaron además, que esos asientos fueron cedidos a cuatro tripulantes de su socia Republic Airlines para que pudieran tomar otro avión en Louisville.
Desde la aerolínea, en vez de procurar calmar los ánimos, hicieron todo lo contrario al filtrarse una nota interna a los empleados explicando que la expulsión forzosa del pasajero se debió a que actuó de una manera “beligerante”. Cuando a un pasajero se niega a desembarcar, añadió, “se hace necesario contactar a los servicios de seguridad del aeropuerto”.
Las consecuencias de lo sucedido no solo afectó a United Airlines, sino también al Departamento de aviación de Chicago, que apartó a uno de sus agentes de sus funciones. Desde esa institución admitieron que el agente no actuó siguiendo los procedimientos. United Airlines defendió que sus empleados siguieron las protocolos establecidos.
Una de las modificaciones que se estarían realizando sería la obligación de que los tripulantes se registren con anticipación a los vuelos, ya que anteriormente podían hacerlo incluso cuando el avión ya se encontraba en la última etapa del embarque.