Por Gustavo Galeano
Boeing encomendó a la Comisión Internacional Estadounidense (USITC) investigar las políticas comerciales de Bombardier para exigirle derechos de compensación y anti dumping, así como pagar más impuestos por sus aviones CSeries de entre 100 y 150 asientos, ya que, a su criterio, comercializa sus aviones a precios “absurdamente bajos” a línea aéreas norteamericanas.
La denuncia abarca a los dos integrantes de la familia de aviones aviones CSeries, el CS100 y el CS300, que compiten casi en el mismo segmento que los Boeing 737 de Boeing y los A320 de Airbus. La introducción en servicio comercial de estos equipos comenzó en julio pasado con Air Baltic y Swiss.

Hace un año, Bombardier dio un bombazo a la industria recibiendo una orden de nada más y nada menos que 75 unidades CSeries por parte de la estadounidense Delta, por un valor de 5.600 millones de dólares a precios de catálogo, donde cada equipo cuesta ente 79.5 y 89.5 millones de dólares. Según Boeing, Bombardier habría vendido los CSeries a Delta por solo 19.6 millones de dólares cada uno, valor muy debajo tan siquiera del costo de producción.

Boeing aprovechó el descargo para nuevamente dar con todo a Airbus: “Evidentemente Bombardier ha arrancado una página del libro de estrategias de Airbus al demostrar de manera tan descarada e intencional su objetivo de inmiscuirse en el mercado aerocomercial de los Estados Unidos ofreciendo aeronaves fuertemente subsidiadas a precios reducidos”.

En la firma del contrato, el presidente de Bombardier, Alain Bellemare, había destacado que las negociaciones fueron duras ya que todos los “jugadores estaban en la mesa”, en referencia a Airbus y Boeing, lo cual era de esperarse, dejando entrever las concesiones que seguramente se tuvieron que hacer para quedarse con la orden.
“Bombardier estructura sus operaciones comerciales de manera de asegurar el respeto de leyes y reglamentos de jurisdicciones en las que ejercemos nuestras actividades, incluidos los casos planteados por Boeing”, mencionó el fabricante canadiense en un comunicado. “Bombardier emplea a casi 7.000 personas en decenas de instalaciones en 17 estados estadounidenses y hace compras del orden de 3,000 millones de dólares a proveedores estadounidenses en 48 estados”, finalizaba el texto.

El gobierno de Canadá anunció que prepara “una enérgica respuesta a esas acusaciones y defenderá con firmeza los empleos de la industria aeroespacial a ambos lados de la frontera”.
La denuncia de Boeing viene a complicar las ya tensas relaciones entre el gobierno de Donald Trump y Canadá, porque estas empresas son emblemas de sus países.
El cuestionado proyecto de Bombardier ya recibió ayudas estatales en los últimos años debido a empantanamiento que había sufrido demoras a lo largo de su proceso de desarrollo. En 2015, la provincia de Quebec desembolsó 1.000 millones de dólares quedándose con el 49,5 de la propiedad.