A pesar de su similitud con un dirigible, la nave también combina tecnologías de aviones y helicópteros, de ahí la denominación “híbrida”.
El proyecto prevé la permanencia del Airlander 10 en altitudes de hasta 20.000 pies (6.100 metros) por hasta cinco días (cuando esté tripulado). A principios de este mes de mayo, la nave híbrida voló un total de 180 minutos en su tercer ensayo.
El fabricante también realizó otras pruebas, como rendimiento de despegue y aterrizaje, maniobrabilidad, el nuevo sistema de “pies de aterrizaje” y, por supuesto, el comportamiento general de la nave con respecto a los parámetros de vuelo.
Hybrid Air Vehicles juzga que su proyecto podrá ser utilizado en el futuro para misiones de búsqueda y salvamento, control de fronteras, seguridad, filmaciones e investigación académica. La empresa también cree que el Airlander 10 podrá realizar transporte de pasajeros, además de ocupar un nicho crucial como carguero punto a punto.