Por Ricardo Delpiano vía En vivo desde SCL
De esta manera, la compañía estará a cargo de los traslados aéreos y en cada ocasión, vivir el fervor que despierta en miles de personas la visita del Sumo Pontífice, característica que forma parte de la identidad de Latinoamérica.
“Es un gran orgullo –para la compañía y toda su gente- que Su Santidad nos haya escogido nuevamente como su transportador oficial en su próxima visita y que podamos representar a Latinoamérica en esta importante misión”, afirma Ignacio Cueto, presidente del directorio de Latam Airlines, al conocerse la decisión como parte de la preparación logística para el viaje que realizará el Papa Francisco en enero del próximo año.
La selección de Latam Airlines como aerolínea oficial se interpreta como un reconocimiento explícito a la capacidad de la compañía en todo lo que respecta, desde las operaciones mismas pasando por la logística involucrada a este tipo de traslados, así como también, en el emblema representativo de los dos países que visitará. En Chile, ese rol se manifiesta por la herencia de LAN como antigua línea aérea nacional, mientras que en el Perú, se hace explícito tras el reordenamiento de ese mercado a principios de siglo.
Tradicionalmente en sus viajes oficiales, el Papa suele utilizar las líneas aéreas que sean capaces de atender todos los requerimientos del transporte de su persona como de su comitiva. Generalmente la selección de cada compañía coincide con el principal operador o con la línea aérea de bandera del país de salida. Si viaja desde Italia, utiliza las aeronaves de Alitalia, mientras que en su regreso o en el traslado a un tercer país, la aerolínea del último país que visita.
El Papa Francisco llegará a Santiago el día 15 de enero para iniciar la visita oficial a Chile, para luego abordar un vuelo de Latam Airlines para viajar a Temuco y posteriormente a Iquique. Al cabo de tres días, seguirá rumbo al Perú, visitando Lima, además de Puerto Maldonado y Trujillo. Al culminar su visita, Latam será la encargada de su traslado sin escalas desde Lima hasta Roma.
Para estos viajes, las líneas aéreas colocan lo mejor de su material aéreo y de su personal para organizar los traslados del representante de la Iglesia Católica. En su última visita a México, por ejemplo, Aeroméxico fue la encargada de trasladar a Francisco a bordo de un Boeing 737-800 para tramos cortos y un B787-8 para los vuelos intercontinentales.
Por el momento, LATAM no ha informado del material aéreo que dispondrá para el traslado del Papa, pero es altamente probable que se utilice algún Airbus de la familia A320 para los vuelos dentro de Chile y Perú, mientras que un Boeing 787 podría ser utilizado para su viaje al Perú así como en su viaje de regreso a Italia. El B787 es el único avión de la compañía en realizar un vuelo sin escalas desde Lima hasta Roma.
Para estos viajes existe una gran logística que van desde la preparación y acondicionamiento de las aeronaves hasta un servicio a bordo de excelencia, acorde a las necesidades del Pontífice y de la comitiva que lo acompaña. Como se trata de una visita de Estado, hay aspectos concernientes a la seguridad que son naturalmente reforzados. “Nos estamos preparando para ello y ya estamos trabajando con el Vaticano en todos los detalles”, dice Cueto.
En 1987, la visita de Juan Pablo II a Chile fue un acontecimiento marcó la historia de muchos tanto por ser la primera visita de un Papa como por el contexto político y social que se vivía el país en ese entonces. LAN Chile transportó al Sumo Pontífice al interior de ocho ciudades del país a bordo de un B737-200 Adv. y el día 6 de abril de ese año, el entonces moderno B767-200ER fue el encargado de llevarlo desde el aeropuerto de Cerro Moreno de Antofagasta hasta Buenos Aires.

Los relatos del capitán Max Astorga dan cuenta de esos momentos a las nuevas generaciones. Como en aquella oportunidad, en esta ocasión serán otros miembros de la tripulación quienes tendrán el honor de vivir esa experiencia y probablemente, trasmitirlas a la posteridad. Para Astorga, transportar al Papa fue “su mejor vuelo” y el “más importante” en sus 41 años como piloto de LAN Chile.