Un día como hoy, 17 de julio, pero de 2014, ocurría en Ucrania el derribo del Boeing 777-200 de Malaysia Airlines cubriendo el vuelo MH17, que volaba entre Amsterdam, Holanda, y Kuala Lumpur, Malasia.
En la tragedia fallecieron las 298 personas a bordo, entre 80 niños, la mayoría de nacionalidad holandesa. El avión fue derribado accidentalmente por un misil de fabricación rusa cuando sobrevolaba el este de Ucrania. El disparo, según las investigaciones, fue efectuado desde una lanzadera móvil Buk perteneciente al Ejército ruso que estaba emplazada en una zona controlada por los rebeldes separatistas de Donetsk.
El canal de televisión holandés NOS, informó que víctimas de los fallecidos hicieron pública una declaración deplorando que Rusia haya impedido la creación de un tribunal internacional bajo el auspicio de la ONU que se encargue del caso y juzgue a los responsables de la terrible catástrofe. En el comunicado se acusa a las autoridades rusas de «esconder» testigos e información clave y de presentar datos «manipulados o falsos» para dificultar la investigación.

Perecieron personas de varios orígenes. La mayor parte de estos países, además de Ucrania, constituyen el llamado Equipo de Investigación Conjunto (JIT en su siglas en inglés), organismo que, ante el veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU a crear un tribunal internacional, decidió el pasado 5 de julio encargar a la Justicia holandesa que enjuicie a los implicados, cuya identidad sigue sin desvelarse.
Los prorrusos desmintieron la versión inicial y culparon al gobierno ucraniano de un supuesto intento de ataque el avión presidencial de Vladímir Putin, que había pasado 35 minutos antes por allí y presentaba similitudes físicas con el MH17.
Como resultado del hecho, varias aerolíneas suspendieron temporalmente sus vuelos sobre el espacio aéreo ucraniano y con destino a aeropuertos ucranianos. Los organismos de aviación de Estados Unidos, China, Rusia y Reino Unido prohibieron oficialmente a sus aerolíneas sobrevolar el espacio aéreo del este de Ucrania.

De momento, continúan las investigaciones y nada se ha resuelto, por lo que no hubo juzgamientos ni condenas, lo que hace que las heridas en las familias de las víctimas continúen abiertas.
El siniestro del MH17 ocurrió tan solo 4 meses después de la misteriosa desaparición del vuelo MH370, que volaba desde Kuala Lumpur a Beijing, del que casi nada se sabe no habiéndose encontrado rastros de la aeronave, también 777-200 hasta ahora, generando una gran crisis económica, de confiabilidad e imagen para Malaysia Airlines, desembocando en un enorme plan de ajustes de la línea aérea malasia.