El diario Folha de Sao Paulo, informa que, las autoridades policiales de aquel país intentan averiguar por qué, en medio de varias alternativas de vuelos comerciales y chárters, se contrató a la aerolínea boliviana LAMIA, propietaria del avión regional AVRO RJ85 que cayó con 77 personas a bordo, de las cuales murieron 71, entre atletas y comisión técnica del club en cuestión, además de invitados especiales y periodistas, el 29 de noviembre de 2016 en Colombia.
La Policía Federal también investiga si los equipos brasileños estaban obligados a usar los servicios de la compañía por determinación de alguna entidad superior, entiéndase la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol).
En Argentina, la AFA (Asociación de Fútbol Argentino) insinuaba a clubes que la Conmebol disponía que LAMIA era la transportadora oficial para torneos dentro del continente americano.
La investigación comenzó a principios de este año y está en marcha. Se supo que los brasileños sobrevivientes en la tragedia ya han declarado para los investigadores en los últimos meses. El zaguero Neto, el portero Jackson Folmann, el lateral Alan Ruschel y el periodista Rafael Henzel prestaron testimonio.
Otra implicada en el accidente que habría sido indagada por los investigadores es la controladora Celia Castedo, acusada de homicidio en Bolivia, que autorizó el plan de vuelo de LAMIA entre Bolivia y Colombia, quien después del accidente, pidió refugio en Brasil. En enero de este año, Celia habló en exclusiva con el periódico brasileño Folha, donde alegó inocencia sobre el accidente, y es que según ella, las autoridades bolivianas fueron negligentes, puesto que una vez que ya se habían realizado cinco observaciones con respecto al vuelo de LAMIA, el único órgano competente en investigar y suspender las actividades de la aerolínea, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), nunca hizo hecho nada a respecto.

Además de la Policía Federal, el Cenipa (Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aéreos) también colabora con las pericias y escuchó a los sobrevivientes.
La comitiva que se dirigía a Colombia dejó Sao Paulo el 28 de noviembre de 2016 en un Boeing 767-300ER de la aerolínea boliviana BOA, con destino a Santa Cruz de la Sierra. De allí, el grupo tomó el avión de LAMIA rumbo a Medellín, ocurriendo el siniestro en las montañas de Cerro Gordo, en el municipio colombiano de La Unión.
Agentes de la Policía Federal viajaron al lugar para ayudar en el proceso de reconocimiento y traslado de los cuerpos a Brasil.
Antes del desastre, en la víspera del partido de ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional (COL), LAMIA tuvo cuatro pedidos de vuelos hacia Brasil negados por la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Además, la empresa boliviana estaba sin seguro por haber retrasado el pago de la póliza, por lo que no hubo indemnización a las familias de las víctimas del accidente. Aunque la empresa aseguradora de la aeronave hubiera cubierto el siniestro, ello no incluiría a Brasil, pues no volaba regularmente entre ese país y Colombia, ya que LAMIA tenía autorización para vuelos sólo a Perú, Siria, Afganistán, Yemen y algunos países de África.
Luiz Antônio Pallaoro, subdirector jurídico del equipo Chapecoense, dijo que el club no fue citado por la Policía Federal. Afirmó que fue LAMIA la que ofreció los servicios para el transporte.
“La información que tenemos es que LAMIA entró en contacto con nosotros el año pasado. Ese dato lo obtuve en la época del accidente con los funcionarios del club”, afirmó.
Recomendación a Clubes
No sólo equipos brasileños recibieron recomendaciones para usar los servicios de la aerolínea boliviana. También en Argentina ocurrió lo mismo, aunque clubes como River Plate y Boca Juniors se resistieron a la recomendación para el transporte de sus delegaciones por tener ya acuerdos con otros operadores de viajes.
La misma selección argentina también contrató los servicios de LAMIA por recomendación de la AFA. Doscientos días antes del accidente con la delegación de Chapecoense, el equipo de Lionel Messi viajó con la empresa a Belo Horizonte para enfrentarse a Brasil, por las eliminatorias para la Copa.
Un integrante de la comisión técnica dijo que los jugadores se quejaron de las condiciones de la aeronave, misma que caería en los alrededores de Medellín en aquel mes de noviembre.
Directivos de la AFA prometieron no solicitar nuevamente los servicios de la compañía boliviana y dijeron que dentro de Argentina se podían usar aviones militares de la Fuerza Aérea Argentina para los traslados.
La Conmebol, por su parte, negó en un comunicado haber inducido a clubes a optar por la línea aérea boliviana.