El SE 210 Caravelle había despegado con normalidad desde Madrid a las 9:14 horas. Tras un trayecto sin incidentes, el comandante se puso en contacto con la torre de control del Aeropuerto de La Coruña a las 10:14, siendo informado de la escasa visibilidad reinante entonces en la zona. Pese a que se le recomendó mantenerse a la espera en previsión de una pronta mejora de las condiciones meteorológicas, la tripulación inició una primera maniobra de aproximación a las 10:23, a efectos de comprobar la visibilidad real. La maniobra se vio frustrada, retornando la aeronave a los 2000 metros de altura.
Tras una segunda maniobra de aproximación fallida, a las 11:20 la torre avisó al vuelo 118 que la niebla se estaba disipando, y que la visibilidad horizontal había aumentado a unos 1500 metros y la vertical rozaba los 300. El piloto procedió a intentar nuevamente el aterrizaje, desistiendo nuevamente pocos minutos más tarde por la irrupción de un banco de niebla. A las 11:39, la tripulación de cabina informó que iniciaba una nueva maniobra de aproximación, siendo esta la última comunicación recibida por la torre de control del aeropuerto. El avión, tras impactar una de sus alas contra un bosque de eucaliptos, se precipitó a tierra sobre el Pazo do Río, en la pequeña localidad de Montrove.
Como consecuencia de la brutal colisión, el aparato se incendió, falleciendo en el acto 84 de sus 85 ocupantes. El único superviviente, trasladado al Hospital de La Coruña, fallecería pocas horas más tarde a consecuencia de las graves heridas padecidas. Además, se contabilizó que una persona en tierra había fallecido debido a que se encontraba próximo a la zona del desastre.
Causas
La causa oficial del accidente fue la violación por parte del piloto de las normas de seguridad aéreas, al proceder a tomar tierra sin la suficiente visibilidad. Este hecho se consideró más grave aún teniendo en cuenta que en el Aeropuerto de Santiago de Compostela la visibilidad era buena en el momento del accidente.
Medidas adoptadas
El desvío de un avión a un aeropuerto alternativo es una fuente de trastornos logísticos y económicos para una aerolínea. Por ello, los pilotos recibían una carta reconociendo su valía al lograr en condiciones meteorológicas adversas. Sin embargo, tras el accidente esa práctica se abandonó en favor de medidas más seguras