La firma irlandesa, que recientemente llegó a los 1.000 millones de pasajeros transportados en sus 32 años de existencia, creó un segmento de viajes altamente lucrativo pero controvertido en diversos aspectos, con tarifas por lo general muy bajas y reglas tarifarias que cobran por prácticamente la totalidad de los servicios ofrecidos.
Ahora, la dirección de Ryanair exige que sus tripulantes de cabina vendan al menos ocho billetes de “raspaditas”, un perfume del servicio de duty free y una comida fresca. El incumplimiento de la nueva política estaría sujeto de sanciones punitorias.
Las raspaditas vendidas por Ryanair rindieron dos millones de euros durante los últimos cinco años. Sin embargo, la empresa dice que el beneficio obtenido se invirtió íntegramente en favor de 50 instituciones de beneficencia en 12 países de la Unión Europea.
La promesa de las raspaditas es sortear hasta un millón de euros. En caso de que el pasajero sea premiado, deberá elegir a bordo una tarjeta de entre 125 disponibles que aportará el premio real. Sólo una de estas tarjetas trae el valor máximo de un millón de euros, mientras que las otras ofrecen 50.000 euros, un vehículo y otros premios.
De acuerdo con la aerolínea, el año pasado un pasajero obtuvo un premio de 50.000 euros y otro ganó un coche. Sin embargo, ningún pasajero ha facturado ha ganado un millón de euros.
*Con información de Aeromagazine