El avión, con 321 pasajeros a bordo, cruzaba FL120 a 8.000 pies de altura, luego de despegar de la pista 06R del aeropuerto internacional de Osaka, cuando se desprendió la pieza en cuestión, que se trató de un panel de carenado de un metro de largo por 60 centímetros de ancho y 4 kilos de peso, cayendo la misma sobre un vehículo que circulaba por una carretera. Nadie se percató de lo sucedido en el vuelo y la aeronave siguió su trayecto previsto de manera normal, pues la pieza caída no forma parte de la estructura de la aeronave, por lo que no hubo riego alguno.
El auto sufrió una abolladura en el techo y la ventana trasera, pero no hubo heridos.
KLM ya inició una investigación en conjunto con las autoridades aeronáuticas japonesas y el fabricante estadounidense Boeing, de lo que considera incidente serio.