Por Gustavo Galeano
La aeronave, matriculada como 9M-MRO, despegó desde la capital de Malasia rumbo hacia la ciudad china con 227 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, en la madrugada del 8 de marzo de 2014, pero nunca llegó a destino, y nada se sabe de él desde entonces.
El reporte final de más de 400 páginas, elaborado por la Oficina Australiana de Seguridad en el Transporte (ATSB, por sus siglas en inglés) con apoyo de sus pares de Malasia y China, recomienda una serie de medidas a ser implementadas por líneas aéreas alrededor del mundo, como por ejemplo, un sistema de rastreo de vuelos más preciso y eficiente que el usado en la actualidad, con 15 minutos de intervalo en el reporte de la posición de la aeronave, ya que, según consideran, aunque han habido mejoras significativas en los sistemas, aún existen limitaciones que necesitan ajustes.
Los valores astronómicos que se invirtieron en los intentos de localización casi sin resultados del avión, en una área de más de 120.000 kilómetros cuadrados en el Océano Índico, convierte a la operación en la más costosa de la historia: 198 millones de dólares australianos para la búsqueda subterránea, 170 millones en la investigación sub-acuática, 20 millones en la batimetría, 7 millones en la gestión de programas y 1 millón en otros gastos.
En una declaración oficial, la entidad australiana dijo cuanto sigue: “Lamentamos profundamente no haber localizado la aeronave, ni las 239 almas a bordo que permanecen desaparecidas. A pesar de los extraordinarios esfuerzos de cientos de personas de todo el mundo involucradas en las búsquedas, el avión no se ha encontrado. Es casi inconcebible y ciertamente inaceptable que en la era de la aviación moderna, con diez millones de pasajeros embarcando en aeronaves comerciales todos los días, un avión comercial desaparezca y no se sepa con certeza qué pasó con con él y con los que estaban a bordo”.
Aún con lo anterior, habiendo eliminado la mayoría de las áreas de alta probabilidad de su localización, nuevos estudios en los últimos doce meses han identificado el área más probable con mayor precisión en donde pueden estar los restos del avión.
“La búsqueda submarina ha eliminado la mayoría de las áreas de alta probabilidad que fueron producidas por la reconstrucción de la trayectoria de vuelo de la aeronave y estudios de deriva de los restos llevados a cabo en los últimos doce meses han identificado el área más probable con mayor precisión. El reanálisis de imágenes satelitales tomadas el 23 de marzo de 2014 en un área cercana al arco 7 ha identificado una serie de objetos que pueden ser restos del MH370″.
La recuperación de algunas piezas del MH370 en Mozambique, Sudáfrica, Islas Mauricio, Isla Reunión y Tanzania, como confirmaron los análisis de laboratorio, permitió constatar que el aparato se estrelló y elaborar así nuevas hipótesis.
La búsqueda fue suspendida el 17 de enero de este año, a casi 36 meses del hecho, hasta que apareciesen pruebas sólidas que justifiquen la reanudación de las operaciones.
De manera paralela, Malasia, país de origen de la aerolínea afectada, dice que continúa trabajando en un informe independiente sobre el misterio del vuelo MH370, admitiendo que solo el hallazgo de la aeronave podría cerrar el círculo completo.