Una pareja viajaba desde Vancouver a Londres junto a su hija de ocho años de edad. Heather Szilagyi, madre de la niña, aseguró haber visto un insecto caminar por la pantalla del sistema de entretenimiento del asiento frente a ella. Debido a que trabaja en un hotel, Szilagyi reconoció que se trataba de un chinche de cama, e intentó agarrarlo para hacer una queja con los miembros de la tripulación, pero se le escapó.

Durante el vuelo de más de 9 horas, afirma haber visto varios de estos chinches y haberle comentado de ello a la tripulación, quienes le respondieron que lamentablemente todos los asientos del avión estaban ocupados, por lo que no podían cambiarse. Al día siguiente, la familia despertó y encontró marcas de picaduras en los tres, en especial en su hija pequeña y una picada en el cuerpo de Szilagyi que se infectó.
Las marcas de picadas no dejan dudas de que los asientos estaban llenos de chinches, por lo que la aerolínea tuvo que responder. British Airways les ofreció asientos en clase ejecutiva para su vuelo de regreso, asegurando que esto es un caso aislado, ya que prácticamente no hay antecedentes de situaciones similares en el pasado.
“British Airways opera más de 280.000 vuelos cada año, y los reportes de chinches a bordo de nuestros aviones son extremadamente raros. Aún así, estaremos mucho más atentos en el continuo monitoreo y mantenimiento de nuestras aeronaves”.
Szilagyi menciona que aunque agradece los asientos, eso no era lo que buscaba al efectuar el reclamo. Simplemente pedía no volar en el mismo avión de regreso y, más importante, que la aerolínea se asegure de fumigar sus aeronaves.
*Con información de Gizmodo