Boom Supersonic, sociedad responsable del proyecto que desarrolla en Estados Unidos un jet comercial supersónico para 55 pasajeros y velocidades promedio de Mach 2,2, o unos 2.700 kilómetros por hora, está evaluando la futura sede de montaje de la aeronave, y adelantó que Oriente Medio es probablemente el mejor lugar para ello.
Prevista para entrar en servicio a fines de 2023, el fabricante tendría ya una carta de intención de 73 órdenes provenientes de 20 aerolíneas, según reveló The Market Magoul.
El programa XB-1, como es llamado, contempla un avión con capacidad para cruzar el Atlántico en menos de 3 horas y media, con una autonomía de 4.500 millas náuticas, por ejemplo, para volar desde Londres a Nueva York o desde París a Washington.
Blake Scholl, CEO y fundador de Boom, dijo que el costo de un tiquete de ida y vuelta entre el Reino Unido y los Estados Unidos debería costar alrededor de los 5.000 dólares, valor equivalente a los precios cobrados por aerolíneas tradicionales en primera o clase ejecutiva para tramos similares. Según la misma fuente, existiría una demanda de mil a dos mil aeronaves en los primeros 10 años, lo que significaría la necesidad de fabricar unas 100 unidades en la primera década.
El demostrador XB-1 en construcción debería volar a finales de 2018 una vez superadas las pruebas de túnel de viento en la Universidad de Wichita, Estados Unidos.
Incluso con la prohibición de vuelos supersónicos sobre tierra firme, cerca de 500 rutas son “viables económicamente” con tarifas parecidas a las premium de vuelos subsónicos. Boom cree que, tarde o temprano, la prohibición será levantada ante la evolución natural de la tecnología supersónica.
La compañía recibió hasta el momento unos 33 millones de dólares en inyecciones de capital de diferentes inversores.