Un día como hoy, 26 de noviembre, pero de 2003, British Airways marcaba el fin de la historia de la aviación comercial supersónica, con un último vuelo de un Concorde, desde Londres a Bristol, Reino Unido.
El último vuelo lo hizo el Concorde con matrícula G-BOAF, que fue el último construido. La aeronave partió desde Londres Heathrow hacia Filton, ciudad que vio nace el proyecto franco-británico, y está ahora exhibido en el Museo Aerospace Bristol.
El G-BOAF acumuló 18.257 horas de vuelo con 5.639 ciclos supersónicos.

De esta manera, tras 27 años de servicios, ningún Concorde, ni los de British Airways ni los de Air France volverían a volar.
