Por Ricardo Cibils
El Holiday Inn es ideal para ejecutivos, como para turistas con más altos estándares, para distenderse en un ambiente excepcional y poder realizar así sus negocios.
Gracias a la cámara de turismo local, y su alianza estratégica con este hotel, pude disfrutar de 3 noches de alojamiento y desayuno incluido sin costo alguno. Como el primer día llegué pasadas las 12 gracias a Fabiana Ficoselli que me trasladó desde el aeropuerto hasta el Holiday Inn, y terminando de ubicar mis pertenencias en mi respectiva habitación, pude disfrutar de un tremendo menú, sugerencia del propio cheff con una bebida sin alcohol a elección, que consistió de lomo vacuno con puré de zanahoria y verduras salteadas. ¡Bon apetit!
Hablar del Holiday Inn es hablar de reconocimiento a nivel global. De origen estadounidense, forma parte del InterContinental Hotel Groups (IHG) que tiene en su historial a 5.000 hoteles distribuidos en casi 100 países, es garantía asegurada de que el hospedaje es completamente disfrutable. Son minuciosos en cada uno de los detalles.
Mi habitación en particular ha sido la número 240, una oda a lo excelentemente equipada que se encuentra. Ingreso y lo primero que diviso es un placard sencillamente inmenso, para acomodar algún que otro saco, camisas, etcétera. También, tenía una tabla de planchar a mi disposición, con su correspondiente plancha –lógicamente- ubicada en el compartimiento del lado izquierdo. En frente al placard, el baño, reluce desde que uno ingresa, con sus pisos brillantes, sus bases de mármol, la bañera y la ducha tipo teléfono.
Avanzando unos pequeños pasos, me encuentro con mi cama. Difícilmente encuentre una cama mejor que esta, amplia, cómoda, bien fresca, sábanas y cubrecamas de envidiable calidad, agradables al tacto. Hice la prueba de fuego: puse el termostato a 10 grados Celsius a máxima potencia, y puedo decir que el frío prácticamente era impenetrable, salvo que me haya destapado.
Una tele de 21 pulgadas, sin necesidad de ser invasiva, ubicada en el medio mismo frente a la cama, junto al mueble donde en la parte inferior se encuentra el minibar y una máquina para preparar un café expreso si así lo desea, y en la parte superior cajones para poder dejar llaves, candados del equipaje, y demás artículos propios.
A ambos lados de mi cama, también poseía mesas, con cajones y el espacio inferior libre y abierto, pero partido por la mitad como para dejar el neceser a mano, por ejemplo. También, un sofá extremadamente suave hay a disposición. En frente a esto, una silla con escritorio, donde uno puede sentarse a escribir o conectar su notebook y trabajar desde su habitación. Personalmente no fue mi caso, ya que todo lo que recababa por escrito, lo traspasaba a limpio gracias al Business Center del hotel, el cual te permite acceder a internet sin cargo alguno, como así también te permite realizar fotocopias, impresiones en blanco y negro, e impresiones a color. Los precios de las fotocopias e impresiones son: $ 2, $ 2, y $ 20, respectivamente. Precios en moneda local, es decir, pesos argentinos.
El desayuno es considerado como la comida más importante del día, y Holiday Inn esto lo sabe a rajatabla. Tienen todo lo que uno pueda imaginarse: huevos revueltos, salchichas bañadas, croissants, medialunas, panes blancos e integrales (con 4 tostadoras en frente si uno desea darle un toque de calor), tarta de manzana, brownies, kiwi, uvas, manzanas, plátanos, y muchas cosas más.
El huésped puede además usar el gimnasio, sauna, y la piscina; la piscina es inmensa, y el contraste que le da el edificio del hotel para un retrato es paradisiaco, el gimnasio tiene máquinas para caminar, realizar spinning, trabajar pectorales, abdomen y espalda. El sauna prácticamente se encuentra vacío la mayoría de las veces, pero recomiendo que se llame unos 15 minutos antes, y solicitar que se encienda para que el calor sea pleno.
Al lado, el hotel cuenta con un Centro de Convenciones espléndido, que estuvo muy movimentado en los días que me hospedé, ya que han habido muchas cumbres, y muchos destaques a los empresarios considerando que lentamente el año va acabando, y los objetivos ya en su mayoría han sido cumplidos.
También, me permití hacer uso de la lavandería del Holiday Inn, para lo cual, se solicita llamando a un teléfono interno completamente visible entre los teléfonos de uso frecuente de la línea fija que cada cuarto tiene. Para entregar la ropa sucia, te dejan ubicado dentro del placard una bolsa que indica que es de lavandería, con la factura al lado indicando el detalle de los servicios. No pasaron 2 minutos desde que llamé, y ya golpeó a mi puerta uno de los tantos personales que trabaja en dicha área. Le hice entrega de la bolsa, y le solicité solamente el lavado de unas prendas, no fue influyente el planchado considerando mi siempre ceremoniosa ubicación de mi vestimenta dentro del equipaje.
En base a esta lectura, creo que puedo resumir al Holiday Inn de Córdoba en una sola palabra: Descomunal. Mención aparte a cada uno de los trabajadores, desde los que te atienden con una sonrisa en la recepción, los que toman tu pedido en el restaurante, y el staff de limpieza, cada uno está dispuesto a ayudar aunque sean solicitudes absurdas la que uno puede consultar. Les agradezco a cada uno de ellos, porque independientemente de lo bello que puede ser estructuralmente hablando, y de lo deliciosa que puede ser la comida, el factor humano es fundamental para calificar un hospedaje como perfecto.
Agradecimientos
* María Emilia Anzil y Guadalupe García Palacio – Cámara de Turismo de la Provincia de Córdoba
* Holiday Inn Hotel, y su respectivo staff, divididos en los 3 turnos cubriendo todos los sectores