El pasado 6 de diciembre, un Boeing 747 de la aerolínea British Airways con matrícula G-IVM, que operaba el vuelo BA288 de Phoenix Sky Harbor a Londres Heathrow, sufrió un fallo en el motor número tres durante la carrera de despegue.
Luego del despegue, inmediatamente la tripulación se declaró en emergencia apagando el motor defectuoso, manteniéndose en patrón de espera hasta constatar que no había presencia de fuego en el motor; después de quemar combustible durante una hora la aeronave aterrizó sin ningún inconveniente en el aeropuerto de Phoenix con sus 234 pasajeros a salvo.
Después de este incidente, la pista del aeropuerto permaneció cerrada durante unos minutos para una inspección de seguridad. Una investigación posterior reveló que el motor había sufrido una pérdida total del compresor. Esto ocurre cuando el flujo de aire turbulento o irregular ingresa dentro del motor en rotación causando daños en los álabes provocando situaciones como esta.