La tripulación de la aeronave con 245 pasajeros a bordo, decidió alternar en el remoto aeropuerto Ted Stevens en vista de que los inodoros quedaron inutilizados con excrementos, así como las paredes de dos de los baños, que fueron manchadas con las heces del pasajero.
La policía indicó que el hombre, un ciudadano de origen vietnamita de 22 años con residencia estadounidense, no representaba ninguna amenaza. El joven, quien en ningún momento trató de interferir con la tripulación, fue esposado por la policía del aeropuerto y escoltado fuera del avión para luego ser trasladado a un hospital en donde se le practicaría una evaluación mental, después de que fuese entrevistado con ayuda de un traductor.
El vuelo fue cancelado y se quedó en tierra para reacondicionamiento del Boeing 777-200ER. Los pasajeros fueron alojados en hoteles.