El logro corona un exitoso programa de pruebas que comenzó en marzo de 2017 e involucró tres aviones testers que acumularon alrededor de 900 horas de vuelo. El equipo de Boeing asignado al programa revisó los sistemas y el rendimiento general para garantizar la seguridad operativa del 787-10.
“Nos complace haber cumplido con los rigurosos estándares establecidos por la FAA y estamos ansiosos por poner el avión a disposición de nuestros valiosos clientes”, dijo Brad Zaback, vicepresidente y gerente general del programa 787. “Después de años de diseño y pruebas, nuestro equipo ha demostrado la calidad, seguridad y confiabilidad del miembro más nuevo de la familia Dreamliner y esperamos ver el avión en servicio este año mismo”.
El 787-10 conserva más del 95% de los componentes del 787-9, pero con más asientos y capacidad de carga, estableciendo un nuevo punto de referencia en cuanto eficiencia de combustible y economía operativa con un 25% menos de costo por asiento y emisiones que los aviones a los reemplazará. La aeronave puede volar llevar hasta pasajeros en una configuración típica de dos clases con un alcance de hasta 6.430 11,910 kilómetros.
Hasta la fecha, Boeing tiene más de 170 pedidos para el 787-10 de parte de nueve clientes en todo el mundo. Se espera la primera entrega a su operador lanzamiento, Singapore Airlines, ocurra en la primera mitad de 2018.