Por Gustavo Galeano
Para tristeza de muchos, sobre todo de los más tradicionalistas, los característicos colores amarillo y gris de la barriga y los motores de sus aeronaves, desaparecieron. Se mantienen la grulla en el tail, así como el color azul y la tipografía de la inscripción “Lufthansa” en el fuselaje.

En algunos sitios especializados, se ha comparado a la nueva imagen con el rebranding de Qantas, y que a diferencia de la aerolínea australiana, que usó el rojo, la alemana por su parte se basó en el azul. No lo sé, para el debate…

La última actualización institucional que hizo la compañía germana ocurrió en 1988, por lo que este cambio, si bien para la firma representa un ajuste “mínimo”, se hace luego de tres décadas. En 2018, 40 aeronaves recibirán la nueva imagen, siendo la primera de ellas el futuro A350 con matrícula D-AIXI, ahora en proceso de ensamblaje en las instalaciones de Airbus, y tomará 8 años repintar los 330 aviones de su flota.
A través de su cuenta oficial de Twitter, Lufthansa anunció su nueva imagen en varios tweets con el hashtag #LufthansaBlue.
Un nuevo slogan y uniformes rediseñados para sus tripulaciones serán presentados próximamente.
Así, uno de los liveries mejor logrados de la industria, pasó a la historia. Un sabor amargo para, seguramente la mitad más uno.