Uno de los mayores retos de la industria es el bajo rendimiento de las baterías al ser comparadas con combustible fósil. La baja densidad energética es solucionable, pero agrega un peso adicional a la aeronave, muchas veces superior inclusivo al de un tanque de combustible lleno.
Estudios recientes con nuevas baterías de iones de litio comprobaron la viabilidad de la propulsión de aviones eléctricos ligeros de hasta 4 plazas, pero naves más grandes necesitan de capacidades aún no disponibles, lo que debe significar un nuevo proceso químico capaz de acumular una carga eléctrica mayor en una masa inferior a la existente hoy.
Cuberg trabaja en una propuesta de baterías de litio metálicas, que se diferencian de las tradicionales al sustituir el ánodo de grafito por anodo de litio puro. Aunque ambos materiales tienen el mismo rendimiento energético, el anodo de litio tiene densidad y peso más bajos, pudiendo reducir la resistencia más de un 50%. La expectativa es también reducir el volumen total de las nuevas baterías, creando dispositivos compactos y ligeros. Otra ventaja de la nueva tecnología es su estabilidad, lo que supondría la inexistencia de riesgos por incendios.
Los investigadores todavía trabajan en una tecnología basada en electrólito líquido inorgánico, que además de ser más barato en costo de producción, sea químicamente estable y no inflamable.
*Con información de Aeromagazine