La denominada ‘Torre de control digital’, como se ve en este video de Tom Scott, comenzará a operar en el 2020 y el equipo humano contará con unas gigantescas pantallas en una disposición circular (360° comprimidos en 225°) que simularán las vistas desde una torre «convencional», desde donde los controladores humanos realizarán todas las operaciones habituales. Eso sí, estarán en Swanwick, a una hora en coche del aeropuerto físico.
Las pantallas tienen un poco de «realidad aumentada», ya que muestran junto a las imágenes de vídeo de los aviones los indicativos, códigos y otros datos como la velocidad o la altitud. Según los expertos de NATS (la empresa de servicios que lo ha desarrollado), el lag o «retardo» es de menos de un segundo. Además las pantallas y feeds de datos tienen un sistema de protección para alertar si están fallando o se han quedado «congelados» por alguna razón.
Entre las curiosas cosas que han tenido que tener en cuenta para que el invento funcione sin posibilidad de fallos se incluye un sistema de protección de las cámaras contra viento, lluvia, hielo, e inclusive pájaros. Y si todo falla por alguna razón catastrófica la solución es muy tradicional: imaginar que hubiera una espesa niebla que no permite ver nada de nada. Los vuelos aterrizan en automático o se desvían – y todos contentos.
“El nuevo y pionero sistema de control de tráfico aéreo fortalecerá la seguridad y mejorará la resistencia, sentando un nuevo estándar en la industria global de la aviación”, aseguró Declan Collier, director ejecutivo de London City Airport.
Una inversión de más de 670 millones de dólares fue necesaria en esta tecnología para ampliar el espacio aéreo del aeropuerto City de Londres, pero la misma ya existe en Suecia. De hecho, el país escandinavo fue el primero en el mundo en aplicar el llamado “Sistema de Torre Remota”, que se probó y se usa en los aeropuertos de Örnsköldsvik y Sundsvall, y se manejan desde 150 kilómetros de distancia de ellos.