Las autoridades se mantienen trabajando con la otra “caja negra”, la grabadora de voz (CVR).
El vuelo 6W703, que cubría la ruta entre Moscú y Orsk, se precipitó a tierra pocos minutos después de haber despegado del aeropuerto Domodedovo de la capital rusa. Aunque inicialmente se temió que hubiese habido una explosión a bordo, finalmente esta posibilidad de se ha descartado.
IAC ha explicado en un comunicado que la información preliminar recabada y la comparativa con otros casos llevan a “suponer” que la “situación extraordinaria” acontecida se debió a “los datos erróneos sobre la velocidad del vuelo en las pantallas de los pilotos”.
Saratov Airlines, que ha suspendido los vuelos de los Antonov-148 como medida de precaución, aseguró que el avión fue inspeccionado antes del despegue y no se detectó ningún fallo. Las 71 personas que viajaban a bordo de la aeronave, 65 pasajeros y 6 tripulantes, fallecieron como consecuencia del siniestro.
Las autoridades han desplegado en el lugar del accidente un amplio dispositivo de rastreo que analiza ahora 40 hectáreas, después de que la zona de búsqueda se haya ampliado este martes. Un portavoz aseguró que ya se han localidado “1.680 fragmentos” del avión ucraniano.