El contrato estipula que el fabricante de Seattle fijará en Oceanía un centro de investigación para el proyecto, que será el mayor de la firma fuera de los Estados Unidos.
Los taxis aéreos serán sólo uno de los campos de trabajo en los que incursionará la meca tecnológica en los próximos tres años junto a empresas radicadas en dicha región del país de los canguros, ya que también se trabajará en otros vehículos aéreos y marítimos. Se estima que el nuevo centro, que nacerá con una inversión de más de 500 millones de dólares australianos dentro del programa “Iniciativas para avanzar Queensland”, supondrá la creación de 131 puestos de trabajo.
La primera colaboración entre Boeing y el gobierno de Queensland consistió en el desarrollo de un sistema de conciencia situacional de área amplia para UAS, que comenzó a ser probado en enero de 2018 por parte de Insitu, filial de Boeing, en las instalaciones de la Universidad del estado de Mississippi.