Por Gustavo Galeano
La línea aérea británica Virgin Atlantic, propiedad del magnate Richard Branson, confirmó que cancelará la orden de 6 unidades de A380 que había hecho ya en 2001, para concentrarse en su flota 787 Dreamliner del fabricante estadounidense Boeing y en el modelo A350 de la misma Airbus.
En aquel entonces, la firma enfocada en el segmento premium con base en el aeropuerto de Heathrow, tenía la intención de dotar los interiores de estos aviones hasta con excéntricos jacuzzis y casinos.
La baja de la orden fue divulgada en una conferencia de prensa en Londres, donde el CEO del holding, Craig Kreeger, declaró: “No observamos viable operar con aviones tan grandes que eventualmente podrían no llenarse”.
En enero pasado, la línea aérea árabe Emirates anunció que firmó un Memorándum de Entendimiento (MoU) con Airbus para la adquisición de 20 A380 con opción de 16 adicionales y entregas a partir de 2020. Esto significó un respiro para el constructor de Toulouse, pues la orden se sumaría a los 142 aviones que la aerolínea ya encomendó y garantizaría la continuidad del programa por al menos 10 años más.