Los problemas radican principalmente en fisuras halladas en la región de encaje del pylon de cada ala de las aeronaves, superficie aerodinámica que une el motor al ala. Estas fisuras estarían siendo provocadas por vibraciones provenientes de los motores Rolls Royce Trent 1000.
Los inconvenientes han sido reportados por líneas aéreas como ANA, Latam Airlines, Air New Zealand, Avianca, Norwegian, entre otras.
Rolls Royce anunció que deberá invertir 315 millones de dólares para reparar los 440 motores Trent 1000 de 220 aviones Boeing 787 Dreamliner alrededor del mundo, estiman que terminará de hacerlo para finales de 2022.
“Los problemas han requerido de un apoyo urgente de corto plazo que incluye intervenciones tanto en las alas de los aviones como visitas a los centros de reparación, lo que ha resultado en interrupciones para nuestros clientes”, señaló Rolls Royce en un comunicado.
Por su parte, el portavoz de Boeing, Paul Bergman señaló que: “Boeing está trabajando con Rolls Royce para solucionar los problemas en los motores en el menor tiempo posible y que no afecte la operación de las aerolíneas.”
En una situación similar estuvo envuelta recientemente la compañía estadounidense Pratt & Whitney, ya que sus clientes experimentaron fallas en los motores LEAP 1-A que impulsan a los A320neo de Airbus y que incluso ha llevado a que la compañía rival CFM International acelerara ventas de sus motores para este mismo modelo de avión.
Rolls Royce también tuvo problemas con los motores Trent 900 de algunos aviones A380.