La aeronave cuatrimotor adquirida por Lufthansa en 2007, está siendo reformada en Auburn, estado de Maine, Estados Unidos, desde donde será llevada a Europa como parte de su colección de aviones históricos, pero al parecer no será volando…
El llamado “Super Star” pasó por un largo y complejo proceso de restauración iniciado hace más de una década. Sin embargo, el equipo técnico, que creyó que la ida a Alemania constituiría en una hazaña transatlántica, pues es el único L-1649 Starliner con posibilidad de volver a volar, fue sorprendido en su intención, ya que será llevado, pero por partes, porque la compañía no quiere arriesgar una travesía oceánica.
Los Starliner son las últimas versiones de la familia Constellation, diseñadas para la desaparecida Trans World Airlines (TWA), con mayor capacidad que los Super Constellations. El modelo era impulsado por el uso de cuatro motores Wright R-3350 Duplex-Cyclone, de 3.700 hp cada uno, lo que lo hacía más veloz que los Douglas DC-7C Seven Seas, alcanzando los 607 kilómetros por hora de velocidad máxima y 467 de velocidad de crucero. Las alas tenían una envergadura de 46 metros, que sumadas al mayor tanque de combustible, le posibilitaba un alcance de 10.500 kilómetros volando a 560 kilómetros por hora. Con ello, el Starliner podía volar sin escalas desde California hasta Europa, por ejemplo, en régimen de crucero económico, o entre París y Nueva York a velocidad máxima, ganando tres horas en relación al DC-7.
Lockheed planeó una versión equipada con los turbo-hélices Pratt & Whitney PT2G-3, que deberían ampliar el alcance y la velocidad, pero la llegada de los Boeing 707 y los Convair 880 llevaron a la cancelación del proyecto.
*Con información de Aeromagazine