Estos motores equipan alrededor del 25% de la flota global de aeronaves 787 Dreamliner. Sin embargo, las variantes Trent 1000 “package B” y Trent 1000 Ten no se ven afectadas.
La penalidad para estas unidades reduciría su autonomía ETOPS (Extended Operations) entre un 50% y 80%, por lo que no podrían alejarse más de 60 minutos de un aeropuerto alternativo potable en caso de contingencias que ameriten un aterrizaje de emergencia.
Recientemente, la par europea de la FAA, la EASA, publicó un boletín para los alrededor de 270 787 con motores RR Trent 1000 “package C”, advirtiendo la necesidad de inspecciones en estos motores reduciendo su capacidad ETOPS a 60 minutos.
Líneas aéreas como Air New Zealand, Virgin Atlantic, ANA, Avianca, Latam, entre otras, han sufrido problemas operativos en motores Rolls Royce, incluyendo vibraciones que generaban eventos de desgaste prematuro de piezas y corrosión.
Se espera que las pérdidas financieras de Rolls Royce sean mayores que las de Boeing. En marzo pasado, el fabricante británico dijo que gastaría 315 millones de dólares para la reparación de aproximadamente 500 motores Trent 1000 y 900, que tendrán que salir de servicio entre este año y el 2022.