Este hecho marcó el fin de “La era de los dirigibles”. El “LZ 129 Hindenburg” y su gemelo, el “LZ 130 Graf Zeppelin II”, en ese momento en construcción, eran los dos dirigibles más modernos y grandes de toda la flota y aún siguen siendo las máquinas voladoras más grandes jamás construidas, con un largo el equivalente a tres Boeing 747 en hilera.
Fue bautizado con el nombre del recientemente fallecido presidente de Alemania “Paul Von Hindenburg”. Originalmente fue diseñado para funcionar con helio, pero un embargo de los Estados Unidos, provocó que fuera rediseñado para funcionar con hidrógeno, como la densidad de este es la mitad que la del helio, aumentó la eficiencia pero aumentaban también los riesgos por ser muy inflamable e inestable.
Los alemanes estaban tan confiados en el manejo seguro del hidrógeno que solo se concentraron en que el envoltorio aislara la corriente estática, por lo que revistieron el dirigible con algodón, barnizado con óxido de hierro y acetato-butirato de celulosa impregnado de polvo de aluminio (el polvo de aluminio y el óxido de hierro forman una mezcla llamada “termita” que es muy inflamable).
Su predecesor, el “Graf Zeppelin”, había volado mas de 1.600.000 kilómetros y el Hindemburg unos 300.000, por lo que se los consideraba muy confiables. El vuelo que se completaría el 6 de mayo, era el número 17 sobre el Atlántico, por lo que se lo consideraba de rutina, sin embargo por ser el primero en el año era esperado por mucho público. Luego de completar el viaje sobre el Atlántico arribó a la Estación Aeronaval de Lakehurst, pero por el clima debió esperar para iniciar las maniobras de atraque.
A las 19:25 inició el descenso, a unos 30 metros de altura se vieron en la popa unos destellos tipo “Fuego de San Telmo” propias de la corriente estática, de inmediato explotó la parte superior de la popa, el fuego se extendió rápidamente por toda la estructura, en 40 segundos se había consumido todo el revestimiento, se desplomó sobre las cabinas donde había 97 personas, 36 fallecieron aplastadas o incineradas, la explosión de los tanques de agua salvo a muchos de una muerte segura.
La tragedia marcó el fin de la era de los dirigibles, el “Graf Zeppelin II” cuando estuvo terminado solo se utilizó con fines bélicos o de propaganda.
*Con información Efemérides Históricas