Esta nueva entrega de nuestra sección “Paraguayos por el Mundo”, nos lleva hasta el caluroso emirato de Dubái, en el medio oriente, donde el compatriota José Viera reconstruyó su vida lejos del terruño, volando en una de las mayores líneas aéreas del mundo.
“Nací en Asuncion, pero mis padres se mudaron a Hernandarias cuando aún era muy pequeño. Vivíamos no muy lejos del aeropuerto de Itaipú, donde podíamos ver los pocos aviones que operaban durante la construccion de la represa, y por la cercania también veíamos las aeronaves más grandes que aterrizaban en Foz de Iguazú. Más adelante nos mudamos a Ciudad del Este, empecé la escuela en el Centro Regional de Educación de Presidente Stroessner, que quedaba justamente opuesto al viejo aeropuerto Alejo García, donde seguíamos escuchando muchas veces en clases, el ruido de los aviones que siempre llevaban autoridades de la capital o a una que otra persona famosa para conciertos o eventos en esa época. Soñaba algún día en ser pasajero”, dijo José ante la consulta de como despertó su interés hacia la aviación.
Antes de terminar su secundaria, José fue de intercambio estudiantil a Bélgica vía AFS. Voló en un 737 y en un 747 de la desaparecida VARIG y fue ese el viaje en el que decidió que la aviación sería su vida. A su regreso, trabajó en una agencia de viajes en la triple frontera emitiendo tickets de líneas aéreas ya inexistentes, como VASP, TransBrasil y VARIG, pero también de las que llegaban a Ciudad del Este hace poco más de 20 años: ARPA y TAM Mercosur.
A mediados de los años 90’s, justamente ARPA y TAM Mercosur, hoy integradas a Latam Airlines, tenían en conjunto vuelos diarios entre Asunción y Ciudad del Este con continuación a Sao Paulo. También hubo vuelos desde CDE a Curitiba, Porto Alegre y Florianópolis, por lo que su fuerza laboral crecía, y al haber presentado su currículum, finalmente ingresó a la compañía como personal de Check in en el aeropuerto Guaraní.


“En paralelo comencé un curso de Comisario de Vuelo en una escuela de aviación de Foz de Iguazú y obtuve mi licencia ANAC de Tripulante de Cabina de Pasajeros (TCP) con validez en el territorio brasileño, pero nunca la pude utilizar. La antigua TAM me enseñó todo lo que sé de aviación en tierra y con los años pasé de Agente de Tráfico a Supervisor de Aeropuerto y luego más adelante como Gerente de Aeropuerto”.
Emirates había hecho un reclutamiento de TCP’s en Brasil antes de su arribo a ese país en 2007. A través de un contacto, se enteró que la línea aérea haría un nuevo llamado, para el cual decidió aplicar, pero se dio cuenta que el proceso sería sumamente complicado al haber más de 500 postulantes, peor aún tras el cierre de VARIG, cuando miles de tripulantes de esa firma quedaron sin trabajo.
José no tuvo éxito en el primer intento, tampoco en el segundo, pero lejos de rendirse, indujo a la agencia responsable de la selección de colaboradores en el Brasil, a que vengan a Paraguay, pues a muchos locales interesados les resultaba muy difícil viajar hasta Sao Paulo, ciudad donde se hacían los “Open Days”.
Emirates llegó así a Asunción en 2009 a seleccionar talentos.
… Y fue José uno de los 13 primeros paraguayos elegidos para volar por el mundo…
“Me llamaron desde Emirates a confirmar que fui seleccionado. Me enviaron un e-mail con todos los requisitos para ingresar a la aerolínea, entre ellos, las pasos para obtener la visa de residente en los Emiratos Árabes Unidos y me requirieron una serie de estudios médicos. Cumplí con todo y dos semanas después, me avisaron que fui admitido y me mandaron el ticket desde Asunción a Dubái”.
Tras 13 años en TAM, José dejó atrás los suburbios de la ciudad esteña para fijar domicilio en una de las metrópolis más suntuosas del mundo.

“Ya en Dubái, el entrenamiento de varias semanas se dividió en 5 módulos: inducción, donde te presentan la compañía, la ciudad y las costumbres del país, Safety and Emergency Procedures (de las aeronaves, equipos de emergencia, etcétera), General Medical Training, Security, On Board Service y otras áreas sin olvidar la del uso del uniforme”.


José valora que dos semanas antes del inicio del mes, reciben la programación total de vuelos previstos para el mes siguiente, lo que les otorga tiempo para investigar sobre los destinos a los que viajarán, pues además del trabajo como tal, la profesión les brinda la oportunidad de conocer las ciudades propiamente.
“Yo vuelo a todos los destinos de la red y soy parte del equipo específico de la cabina de primera clase. A veces me tocan vuelos diurnos, a veces nocturnos, pueden ser cortos a Bahrain o ultralargos a Los Angeles, a alguna capital africana, un multisector de varios días entre Dubái, Bali y Auckland, o un Dubái – Atenas – Newark, entre otros en los que pernoctás en cada parada. Yo me preparo un día antes recogiendo mi uniforme del EK Headquarter, ya que ellos los lavan y nos entregan planchadas todas las piezas. También verifico el pronóstico meteorólogico del destino para poder preparar mi maleta, porque acá puede ser verano, pero voy al otro lado del mundo y están bajo cero”.

José primero voló en los Airbus A330-200 y A340 en sus variantes -300 y -500, aviones ya retirados. Luego en los Boeing 777-200 y 777-300 y posteriormente y hasta ahora, en los A380, la aeronave de pasajeros más grande del mundo, de la cual Emirates es el principal operador a nivel global.

“Como toda profesión, tiene sus aspectos positivos y los no tantos. Destaco la posibilidad de trabajar en una empresa de nivel excepcional con aviones de última generación y un servicio sin igual. Vivir en una ciudad cosmopolita como Dubái, conocer lugares lejanos, únicos e impensados, ver diferentes culturas y vivirlas aunque sea por un día. Hoy no me siento extranjero en ningún lado. Estar lejos de la familia y amigos de Paraguay es lo más dificil, además del jetlag después de cada vuelo largo. Los horarios rotativos hacen que tengas una vida de contramano y es complicado que coincidas con tus demás amigos a alguna reunión, por ejemplo, pero voy dos veces al año a Paraguay.”

Consultado sobre hasta cuando piensa seguir sirviendo en esto que ama, José respondió que no lo va a dejar todavía, pero que cuando lo haga, quiere continuar en el rubro aeronáutico, ya que le apasiona lo referente al sector comercial.

¿Un mensaje final? Claro que si…
“Para los que quieran seguir la carrera, les recomiendo que inviertan en idiomas, sin inglés no sé es nada. La apariencia personal es importante, tener claro que es un trabajo que demanda bastante de uno físicamente, comprender que uno es la imagen de la compañía y mentalizarse de los retos que implica la independencia y el hecho de vivir tan lejos de casa.”
Luego de la primera búsqueda de mano de obra paraguaya, Emirates, así como Qatar Airways, regresaron varias veces a Asunción para cazar colaboradores, y hoy son más de 50 los paraguayos Tripulantes de Cabina de Pasajeros (TCP) en líneas aéreas de medio oriente. Si te interesa eventualmente postularte, estate atento a las convocatorias que estas líneas aéreas podrían hacer.

De parte de nuestro equipo, agradecemos a José por el tiempo dedicado a responder nuestras preguntas. Estamos seguros que seguirá dando lo mejor de él en esto que tanto le apasiona.
¡Buenos vuelos!