ATR valoriza las potenciales compras de estos equipos en alrededor de 80 mil millones de dólares estadounidenses según los precios de catálogo actuales.
En el mundo, la mayoría de los vuelos de menos de 600 kilómetros de distancia entre aeropuertos son hechos con aviones turboprops, teniendo en cuenta su menor consumo de combustible y emisiones contaminantes en relación a aviones a reacción.
Haciendo un desglose, ATR cree que el 80% de los aviones que estima se venderán en los próximos 20 años serán de entre 61 y 80 asientos (ATR 72-600) y el saldo aviones de 40 a 60 asientos (ATR 42-600). Adicionalmente, el fabricante ve la necesidad de 460 turbohélices de carga.

Se espera que durante las próximas dos décadas, la mayor demanda por estos aviones ocurra por parte de aerolíneas en Asía-Pacífico que requerirán alrededor de 740 aviones. Sin embargo, ello excluye a China que se calcula requerirá 300 aviones adicionales. El sudeste asiático precisará 260 nuevos turboprops.
En América Latina y el Caribe, ATR predice que se entregarán 420 aviones de este tipo, mientras que África, medio oriente, Norteamérica y el oeste de Europa necesitarán 350 cada uno. Para Europa Central y otros estados independientes serán necesarios 250 aviones.

Tal como Boeing se atribuye la apertura de nuevas rutas aéreas gracias a la familia Dreamliner, ATR hace lo propio con sus productos al creer que casi 2.800 nuevas conexiones podrán ser posibles con estos equipos en los próximos 20 años con un índice de crecimiento del 4,5% anual en promedio.
En su forecast, ATR dice que la flota de aviones turboprops de 30 a 90 asientos crecerá de 2.260 a 4.060 unidades, de las que 1.120 aeronaves serán para el reemplazo de las actuales mientras que las otras para crecimiento de las flotas.