Desde el primer vuelo con el avión de prueba Gripen E (39-8) el año pasado, se ha adelantado un intensivo programa de vuelos de prueba con éxito. Durante el periodo de evolución y desarrollo, la aeronave ha demostrado una alta confiabilidad y se ha comportado de acuerdo a lo esperado. Ahora, el programa Gripen E da otro gran paso hacia la entrega al cliente realizando vuelos de prueba con cargas externas.
“Gripen voló como lo esperábamos y estamos muy satisfechos con los resultados de las pruebas. Durante el vuelo, el avión llevó a cabo una serie de acciones para verificar las capacidades de vuelo y maniobrabilidad de la aeronave con esta configuración extendida”, afirma Jonas Hjelm, vicepresidente y jefe del área de negocios de Saab Aeronautics.
Los pilones del Gripen E son instalaciones mediante los cuales los tanques de combustible adicionales, los sistemas de vigilancia o armas guiadas se fijan en virtud de la aeronave. Cada avión cuenta con ocho terminales de alta tensión. Estos componentes tecnológicamente sofisticados incluyen tanto electrónica como sistemas mecánicos, y deben cumplir con las más altas exigencias con respecto a la aerodinámica y la capacidad de carga.

Los primeros vuelos con cargas externas se llevaron a cabo sobre el Mar Báltico a principios de julio. Además de los dos misiles aire-aire IRIS-T, el caza llevó cinco pilones diseñados y construidos en conjunto con la empresa suiza RUAG Aerostructures.
“Me complace seguir el éxito continuo del programa Gripen E. RUAG Aerostructures se enorgullece de la alianza de largo plazo con Saab”, dice Dirk Prehn, CEO de RUAG Aerostructures, quien destaca la importancia de la relación comercial entre las dos compañías. “Como proveedor principal del programa Gripen, responsable del diseño y fabricación de los pilones y otros componentes, contribuimos al desempeño superior del caza, cumpliendo todos los requisitos en términos de seguridad, rendimiento, costo del ciclo de vida y calidad”, concluye Prehn.