El pasado 18 de julio, dentro de la cabina de un Airbus A330-300 de la aerolínea Malaysia Airlines con matricula 9M-MTK que cubría la ruta entre Brisbane, Australia y Kuala Lumpur en Malasia, los pilotos observaban con preocupación las lecturas erróneas en el indicador de velocidad.
La aeronave en cuestión había despegado del Aeropuerto Internacional de Brisbane a las 13:31 UTC (23:31 LCT), cuando la tripulación observó que las indicaciones de velocidad eran erróneas, por lo cual solicitaron retornar con urgencia al aeropuerto que minutos antes había despegado, aterrizando sin ningún problema una hora después.
Tras el aterrizaje, las autoridades aeroportuarias constataron que algunos de los tubos pitot seguían con sus envoltorios de protección puestos. Estos son colocados generalmente en las aeronaves que se quedan durante larga hora en superficie para evitar que insectos ingresen dentro de ella obstruyendo el buen funcionamiento de estos sensores.
Según comentarios de las autoridades aeroportuarias, las aerolíneas por lo general colocan esta protección a las aeronaves que operan en Brisbane, debido a que en el pasado un A330 de la aerolínea Etihad Airwyas, había retornado al aeropuerto por indicaciones erróneas en sus instrumentos. Investigaciones posteriores revelaron que avispas habían construido su nido en uno de los tubos pitot.
En el pasado ya había ocurrido un accidente fatal en donde un Boeing 757-200 de la aerolínea AeroPerú se había precipitado al mar luego de haber despegado desde el Aeropuerto Internacional de Lima, debido a que los operarios de mantenimiento se olvidaron de retirar unas cintas adhesivas para proteger a los tubos pitot de una limpieza que se le había hecho a la aeronave horas antes del despegue.
Para evitar estos tipos de incidentes, uno de los pilotos tiene la obligación de realizar un recorrido al rededor de la aeronave para verificar si todo se encuentran en ordenes, como también para asegurar que los tubos pitot estén libres de obstrucción.