La situación se tornó caótica cuando comenzó a “enfermar” a algunas de las 220 personas que volaban hacia la soleada ciudad de Florida. Los pasajeros afectados se quejaban de dolores en el pecho y ardores en la garganta. La situación era preocupante y condujo a que algunos miembros de la tripulación pensaran que el olor no provenía de calcetines sucios, sino de una fuga de agentes químicos peligrosos.

A modo de resguardar la seguridad, el comandante del A321 tomó la decisión de alterar la ruta prevista y aterrizar en un aeropuerto alternativo.
Cuando el avión llegó a Myrtle Beach, Carolina del Sur, siete pasajeros fueron trasladados a un centro asistencial para ser atendidos, mientras el resto esperó en plataforma de la terminal aérea hasta que agentes químicos investigaran el origen del olor.

El organismo determinó que no había riesgo a bordo. No obstante, Spirit envió otro avión a recoger a los pasajeros varados para llevarlos hasta FLL.
La próxima, ¡a bañarse bien antes de viajar!