Se estima que serían más de cuarenta 737 que están parados alrededor de la planta de montaje final que tiene la empresa a lo largo de las áreas que lindan con el aeropuerto municipal de Renton; muchas de ellas aguardan diferentes tipos de piezas o hasta inclusive los motores.
Este inconveniente sucede ahora que Boeing está alcanzando tazas cada vez más altas de producción y crecimiento. Cabe resaltar que, por ejemplo, hace dos meses, Boeing tuvo que aumentar su ritmo de fabricación, de 47 aviones por mes a un número sin precedentes de 52 unidades por mes.
Dos grandes proveedores, específicamente de fuselajes y motores son los que retrasan los trabajos, según Boeing. A todo esto, se suma también el problema de la escasez de mano de obra calificada. A pesar que se trabaja día a día por incrementar la productividad y construir más y más equipos, el fabricante no ha solucionado el problema de los muchos trabajadores experimentados que se jubilaron el año pasado, luego de adherirse a los despidos voluntarios ofrecidos por la empresa.
Boeing confirmó que transfirió temporalmente hacia Renton, a centenares de trabajadores de una de sus instalaciones en Puget Sound y también de la planta de Everett, donde se desarrolla el programa militar del KC-46.
La producción del 737 es de primordial importancia para Boeing, ya que este modelo es el responsable de cerca de la mitad de los ingresos y a su vez proporciona gran ayuda económica en el desarrollo de nuevos aviones.
El fabricante norteamericano anunció sus planes para aumentar su productividad a 57 aeronaves 737 por año, confiando en su sistema de producción utilizando equipos de fabricación altamente automatizados, pero antes deberá atender este problema y solucionarlo lo antes posible, para cumplir con las expectativas de la empresa como la de los clientes.