A las 14.45 horas, un McDonnell Douglas MD-82 de nombre “Sunbreeze”, que cubría la ruta Madrid – Las Palmas de Gran Canarias se estrellaba al final de la pista 36-L al no poder despegar, ya que por un error humano no se habían desplegado los flaps y slats del avión. Además, la alarma que debía avisar a los pilotos sobre dicho olvido (tows) no estaba en funcionamiento.
En esta tragedia perecieron 154 personas, y resultaron heridas otras 18 personas más, y fue considerado el desastre aéreo más grave del 2008.
Diez años después, las asociaciones de víctimas del vuelo siniestrado continúan reclamando responsabilidades en la tragedia, ya que de momento las únicas personas declaradas culpables fueron los pilotos, que fallecieron en el accidente. Además, solicitan la desclasificación de los informes que se utilizaron por la autoridad española de investigación de accidentes aéreos, ya que éstos únicamente responsabilizan a los pilotos fallecidos.
Estas demandas responden al hecho de que una hora antes del siniestro, la aeronave abortó un primer intento de despegue, ya que se detectó un fallo en el RAT, una sonda que mide la temperatura del aire.
En esa ocasión, el aparato fue conducido a un parking remoto, y un operario de mantenimiento desactivó el fusible que alimentaba a la sonda en cuestión para resolver la avería.
A continuación, el aparato se dirigió a la cabecera de la pista para proceder a despegar, momento en el cual los pilotos no configuraron correctamente los flaps y slats ubicados en las alas, con lo cual el Sunbreezeno pudo ascender, impactando en el suelo para luego arrastrarse 1.200 metros y explotar.
En la temporada 14, el episodio 7 de la conocida serie documental Mayday está dedicada a este accidente, con testimonios de algunos supervivientes de la tragedia.